Las diferencias de género en las enfermedades relacionadas con la demencia son cruciales para entender desarrollo de las patologías.

Una nueva investigación desarrollada por un grupo de científicos de la Universidad Católica pone de manifiesto este problema, establecieron que la enfermedad de Alzheimer se expresa y avanza en forma distinta en machos y hembras.

De hecho, un posible tratamiento farmacológico con el labdano diterpeno (Andro), compuesto obtenido a partir de la planta Andrographis paniculata podría actuar diferente en cada grupo.

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La investigación encabezada por Camila Gherardelli y Pedro Cisternas, titulada “Disminución del metabolismo de la glucosa asociado con la edad y el sexo en un modelo de ratón de la enfermedad de Alzheimer”, fue aceptada hace poco por la revista académica Journal of Alzheimer’s Disease, de Estados Unidos.

A pesar de la mayor prevalencia del Alzheimer en las mujeres post-menopaúsicas que en los hombres, hasta hace unos pocos años las investigaciones consideraban el trabajo experimental con machos y no con hembras. Este trastorno neurodegenerativo, que afectará a cerca de 90 millones de personas en el mundo en el año 2050.

“Es más fácil controlar al macho que a la hembra, debido al ciclo hormonal de esta. Pero luego de probar drogas en machos, se trabajaba con ellas en humanos y no funcionaban”, explican los expertos en un comunicado.

La investigación

El equipo de investigadores, del CARE UC, el CEBIMA y la Universidad Católica de Chile propusieron saber cómo se manifestaban estas diferencias, en cuanto al metabolismo de la glucosa y a su respuesta ante el tratamiento con Andro.

El Andro corresponde al andrografólido, compuesto extraído desde las hojas de la planta Andrographis paniculata y que ya se utiliza farmacológicamente tanto en la medicina ayurvédica y China.

El compuesto ha sido estudiado por años por el laboratorio del doctor Nibaldo Inestrosa, director del CARE UC, demostrándose que tiene una importante función cerebral, al promover la salud neuronal; permite que las neuronas se comuniquen mejor, produzcan de manera más eficiente la energía y puedan recuperar ciertas funciones que se pierden con el Alzheimer.

“Trabajamos con ratones transgénicos, que están intervenidos y que, producto de la modificación genética, expresan en exceso el péptido β-amiloide (Aβ), que es uno de los marcadores característicos de la enfermedad”, explica Cisternas.

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Por motivos que no se conocen, se acumula fuera de la célula y forma placas de amiloide o también llamadas placas seniles que dificultan la comunicación entre las neuronas y promueven así el deterioro cognitivo.

Los estudios se realizaron en machos y hembras de 4, 8 y 11 meses de vida, comprendiendo desde ejemplares asintomáticos hasta aquellos que tienen un tipo de enfermedad de Alzheimer avanzado, centrándose en el hipocampo, una de las primeras regiones donde se acumulan las placas de amiloides.

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Uno de los rasgos patológicos comunes en los pacientes con EA es un severo declive del metabolismo cerebral de la glucosa, que se correlaciona con la progresión de la enfermedad y precede a los síntomas clínicos incluso décadas antes del fallo cognitivo.

Los hallazgos del estudio “mostraron diferencias metabólicas significativas entre machos y hembras, junto con una mayor acumulación del péptido beta amiloide en las hembras. El tratamiento con Andro fue capaz de recuperar las funciones metabólicas en los animales más jóvenes y revertir los déficits metabólicos en las hembras de más edad, pero no en los machos.

Esto sugiere importantes diferencias entre sexos, subrayan la necesidad de tener en cuenta las diferencias biológicas específicas del sexo.

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