La ciencia definitivamente no descansa y eso ha quedado claro en una nueva investigación que ha logrado modificar genéticamente una bacteria para permitirle buscar y destruir tumores cancerosos.

Lo interesante de esta investigación es que se trata de una bacteria intestinal común: la E.coli.

El equipo de investigadores de la Universidad de Columbia diseñó con un circuito de lisis sincronizado una cepa probiótica de la bacteria E. coli.

¿Cómo funciona?

La investigación, publicada en Science Advances, detalla que una vez que las células bacterianas son inyectadas en los tumores y una vez que se activa el circuito, las bacterias se disuelven o se rompen, liberando así su contenido.

“A través de décadas de investigación que nos permitió comprender cómo se desarrolla una respuesta inmune, estamos desarrollando terapias que se dirigen específicamente a cada uno de esos pasos discretos“, dijo Nicholas Arpaia, autor principal del estudio.

Lo que libera la lisis es una entrega localizada en el tumor de quimosinas, las cuales reclutan células T y aumentan la inmunidad antitumoral.

La investigación, además de utilizar la bacteria modificada, combinó la expresión de CXCL16 con CCL20. Esta última atrae linfocitos -tipo de glóbulo blanco- y células dendríticas, responsables de iniciar la respuesta inmunitaria adaptativa al presentar antígenos a otras células inmunitarias.

“Al combinar esto con las quimosinas que impulsan la infiltración y activación de las células dendríticas, un tipo crítico de células inmunitarias innatas, aumenta la detección de antígenos tumorales”, agregan los autores.

¿Funciona en la vida real?

La bacteria modificada fue probada en una serie de experimentos en roedores, demostrando producir una fuerte respuesta inmunológica contra los tumores.

Los tumores más distantes, a los que no se les había administrado esta inyección directa, también fueron atacados por la bacteria denominada por el equipo como un “escuadrón suicida bacteriano”. En cambio, la bacteria no afectó al tejido sano. 

“Lo que vemos es que las bacterias solo colonizarán el entorno del tumor, y solo alcanzan un nivel suficiente de quórum para inducir la lisis dentro del tumor, por lo que no podemos detectar bacterias en otros órganos sanos”, agregó Arpaia.

El equipo se encuentra perfeccionando esta técnica y esperan en el futuro poder comenzar con ensayos clínicos en humanos.

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