Científicos han logrado un avance significativo en la lucha contra el COVID-19 al desarrollar una vacuna experimental con el potencial de proteger contra una amplia gama de cepas de coronavirus, incluso aquellas que aún no se conocen. Esta innovadora vacuna, que ha sido probada en ratones, representa un cambio hacia una estrategia de “vacunología proactiva”, donde las vacunas se diseñan y se preparan antes de que surja un virus potencialmente pandémico.

La vacuna funciona uniendo proteínas inofensivas de diferentes coronavirus a nanopartículas minúsculas, las cuales se inyectan para preparar las defensas del cuerpo contra posibles invasiones virales. Al entrenar al sistema inmunológico para atacar proteínas compartidas entre múltiples tipos de coronavirus, esta vacuna proporciona una protección extremadamente amplia, efectiva contra virus conocidos y desconocidos en la misma familia.

Rory Hills, investigador graduado en la Universidad de Cambridge y primer autor del estudio, comentó para The Guardian que él y su equipo han “demostrado que una vacuna relativamente simple aún puede proporcionar una respuesta amplia a través de una variedad de virus diferentes“. Este avance lleva un paso adelante hacia el objetivo de crear vacunas antes de que comience una pandemia.

Las pruebas en ratones mostraron una amplia respuesta inmunológica a los coronavirus, incluido el Sars-Cov-1, el virus responsable del brote de Sars en 2003. Aunque las proteínas de ese virus no se agregaron a las nanopartículas de la vacuna, esta aún proporcionó una protección efectiva. Los detalles del estudio, una colaboración entre las universidades de Cambridge y Oxford y el Instituto de Tecnología de California, se publicaron en Nature Nanotechnology.

La vacuna universal contra el coronavirus puede fabricarse en instalaciones existentes para la fermentación microbiana, lo que facilitaría su producción a gran escala. Los investigadores están trabajando con socios industriales para escalar el proceso de fabricación. Si se demuestra que la vacuna es segura y efectiva en humanos, podría usarse como un refuerzo de Covid, además de proteger contra otros coronavirus.

El profesor Mark Howarth, autor principal del estudio, enfatizó la importancia de la vacunología proactiva, afirmnado que “necesitamos averiguar cómo podemos hacerlo aún mejor que eso en el futuro, y un componente poderoso de eso es comenzar a construir las vacunas de antemano“. Este enfoque podría ayudar a prevenir futuras pandemias y garantizar una respuesta más efectiva ante posibles brotes virales.

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