Una nueva investigación, cuyo resumen fue publicado en EurekAlert, sugiere que ayudar a los adolescentes a comprender lo que está sucediendo dentro de sus propios cerebros es esencial para promover su maduración como adultos resilientes e independientes.

Sheila Redfern, psicóloga clínica consultora especializada en niños y adolescentes, propone un enfoque centrado en enseñar a los adolescentes a manejar sus emociones y relaciones de manera segura, en lugar de simplemente intentar eliminar comportamientos difíciles.

En su libro ¿Cómo abrazas a un cactus? Crianza reflexiva con adolescentes en mente“, Redfern aboga por la crianza reflexiva, que implica comprender la neurociencia detrás del cerebro adolescente para construir resiliencia y seguridad en los jóvenes mientras navegan por la tormenta y el estrés de la adolescencia.

Según Redfern, durante la adolescencia, el cerebro experimenta una reorganización significativa, lo que puede resultar en patrones de pensamiento y comportamiento difíciles de entender para los padres. Es importante comprender que los adolescentes procesan la información principalmente a través de la amígdala, la parte emocional del cerebro, lo que puede hacer que estén más preocupados por sus propias emociones y menos capaces de sintonizar con los demás.

La crianza reflexiva permite a los padres apoyar a los adolescentes para que desarrollen sus propias estrategias para enfrentar los desafíos, sin enfocarse únicamente en corregir su comportamiento. Redfern advierte que centrarse solo en corregir el comportamiento puede dejar a los adolescentes sin sentirse comprendidos o incapaces de manejar sus emociones.

La especialista a la vez asegura que es crucial ayudar a los adolescentes a recuperar su capacidad de mentalizar, es decir, comprender y controlar sus emociones, especialmente cuando están en un estado de alta excitación emocional. Esto implica restaurar su capacidad para comprender las mentes de los demás y apreciar diferentes perspectivas, así como comprender lo que está sucediendo en sus propias mentes.

La crianza reflexiva promueve una mayor conexión entre padres e hijos, pero también enfatiza la importancia de mantener límites sólidos y autoridad parental. Redfern destaca que no hay un enfoque único para todos los padres, pero todos pueden usar el marco de la crianza reflexiva para ayudar a guiar a sus adolescentes a través de esta etapa crucial de la vida.

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