Hong Kong (CNN) – Cuando la variante Delta, altamente infecciosa, golpeó China este verano, algunos expertos en salud pública tenían la esperanza de que el país pudiera recibir pronto un refuerzo inmunológico de la vacuna de ARNm contra el COVID-19 altamente eficaz que desarrolló BioNTech.

En julio, se informó que la vacuna había pasado una revisión de expertos de parte de los reguladores en China y estaba en la etapa de revisión de la administración. Así lo señaló Fosun Pharma, el socio chino de BioNTech con licencia para producir y distribuir la vacuna en la región de la Gran China. Fosun incluso planeaba comenzar la producción para ensayos clínicos nacionales a fines de agosto.

Sin embargo, cinco meses después todavía no hay noticias de los funcionarios chinos sobre cuándo, o si se aprobará la vacuna. Incluso, mientras la variante Ómicron recién detectada representa un nuevo desafío para la estrategia de cero COVID-19 de China. Y para sus vacunas nacionales menos eficaces.

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Aún hay muchas que se desconocen de la variante Ómicron, de rápida propagación, que tiene una cantidad inusualmente alta de mutaciones. Las cuales, justamente, preocupan a los científicos por la posibilidad de que conduzcan a que esta variación sea más transmisible y menos susceptible a las vacunas existentes.

La vacuna de ARNm vs. las de China

Los estudios de laboratorio preliminares muestran que dos dosis de la vacuna BioNTech, que es producida por Pfizer fuera de China, pueden no proporcionar suficiente protección contra la infección con Ómicron, pero tres dosis pueden neutralizarla, dijo Pfizer/BioNTech en un comunicado la semana pasada. También mencionó que dos dosis todavía pueden brindar protección contra enfermedades graves.

China no ha publicado estudios sobre cuánto protegen sus vacunas nacionales contra la variante Ómicron. Aunque los expertos y los medios estatales han expresado su confianza en frenar la nueva variante.

Más de 1.100 millones de chinos, o casi el 80% de la población, han sido inoculados completamente. Principalmente, con vacunas inactivas que desarrollaron Sinopharm y Sinovac. Pero, se encontró que su eficacia era mucho menor que la de las inyecciones de ARNm. Y estudios sugieren que la inmunidad proporcionada por las vacunas chinas disminuye rápidamente.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la vacuna CoronaVac de Sinovac fue solo 51% efectiva en prevenir la enfermedad sintomática contra la variante original. Mientras que Sinopharm fue 79%, de acuerdo a los datos. En comparación, la eficacia de las vacunas de ARNm desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna fue tan alta como del 95%.

Y un estudio de Hong Kong publicado en The Lancet en junio encontró que los trabajadores de la salud completamente vacunados con la inyección de ARNm de BioNTech tenían aproximadamente 10 veces la cantidad de anticuerpos que aquellos que recibieron la vacuna inactiva de Sinovac.

La protección limitada que proporcionan las vacunas chinas está lejos de ser suficiente para satisfacer la ambiciosa meta del país de mantener la infección por COVID-19 en cero dentro de sus fronteras. En los últimos meses, las autoridades han recurrido a medidas cada vez más estrictas para frenar los brotes locales. A menudo con un gran costo económico y alteraciones de la vida cotidiana.

Pero las infecciones han seguido aumentando. La semana pasada, se reportaron más de 130 casos en la provincia oriental de Zhejiang. Este es el hogar de los principales centros de fabricación y exportación del país. Y varias autoridades locales de China han pedido a los residentes que no viajen a casa durante el Año Nuevo Lunar chino. Jusramente, para reducir la propagación del virus.

Para mejorar la inmunidad pública menguante, las autoridades chinas han comenzado a implementar vacunas de refuerzo, pero nuevamente utilizando las que son inactivas.

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La eficacia de la vacuna ARNm

Algunos estudios han encontrado que las vacunas de ARNm pueden generar mejores respuestas inmunológicas con inyecciones de refuerzo. Una reciente investigación británica, por ejemplo, encontró que las vacunas de ARNm que fabricaron Pfizer/BioNTech y Moderna proporcionan el mayor impulso a los niveles de anticuerpos cuando se administran de 10 a 12 semanas después de la segunda dosis. Mientras tanto, dos estudios distintos de Israel publicados la semana pasada registraron que las dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer/BioNTech redujeron las infecciones diez veces y las muertes por COVID-19 en un 90%.

No es que los funcionarios chinos desconozcan la ventaja de usar vacunas de ARNm. El mes pasado, Zeng Guang, ex epidemiólogo en jefe del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, reconoció que “los datos del mundo real muestran que usar vacunas de ARNm o de proteínas recombinantes como dosis de refuerzo para las vacunas inactivas logrará mejores resultados”, citando datos de países como Turquía, Tailandia y Líbano.

Pero aún así, Zeng insistió en que usar la misma tecnología para administrar inyecciones de refuerzo sería más seguro y más aceptado por el público.

Entonces, ¿por qué el gobierno chino es reacio a aprobar las vacunas occidentales de ARNm?

Yanzhong Huang, investigador principal de salud global del Consejo de Relaciones Exteriores, dijo que la política parece ser el principal asunto que está en juego.

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Las campaña de vacunación china

China fue pionera en la carrera mundial de vacunas durante gran parte del año pasado, al desarrollar múltiples vacunas contra el COVID-19 utilizando el método anticuado de emplear un virus completo inactivado para estimular al cuerpo a desarrollar inmunidad.

También ha enviado miles de millones de dosis al extranjero, una campaña que proporcionó acceso vital a las vacunas en los países en desarrollo, al mismo tiempo que sirvió para ayudar a Beijing a promover poder blando y proyectar la influencia internacional.

“Cuando China desarrolló sus propias vacunas, las usó para mostrar el progreso tecnológico de China. Y ahora, si cambias a una vacuna de fabricación extranjera, eso equivale a admitir que no eres tan bueno como otros países en términos de capacidades de tecnología“, dijo Huang.

El gobierno de China también puede estar interesado en proteger los intereses de su industria nacional de vacunas, según Huang. “Estoy seguro de que ellos (los fabricantes de vacunas existentes) se resistirían mucho a introducir personas ajenas a este enorme mercado“, dijo.

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Mientras los reguladores chinos retrasaron la aprobación de la vacuna BioNTech, las empresas nacionales recibieron luz verde para seguir adelante con el desarrollo de sus propias vacunas de ARNm.

El mes pasado, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China aprobó ensayos clínicos de una vacuna de ARNm desarrollada en el país como dosis de refuerzo, para adultos que han sido completamente inoculados con vacunas inactivas. Ya se han realizado ensayos clínicos en países como México e Indonesia, aunque los resultados aún no se anuncian.

La vacuna, ARCoVax, se desarrolló conjuntamente por Walvax Biotechnology, Suzhou Abogen Biosciences y la Academia de Ciencias Médicas Militares, un instituto de investigación militar chino. Su base de producción en la provincia suroccidental de Yunnan tiene la capacidad de producir 200 millones de dosis al año, según informes de los medios estatales, que promocionaron el éxito de China al haber “captado la tecnología central de vacunas de ARNm”.

Otras empresas chinas, incluido el gigante estatal Sinopharm, también están desarrollando vacunas de ARNm, dijo Huang. Beijing probablemente querrá aprobar las vacunas de ARNm de cosecha propia antes de dar luz verde a las extranjeras, agregó.

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Pero hay indicios de que los expertos chinos esperan una mayor cooperación con sus homólogos occidentales.

Durante el fin de semana, Zhong Nanshan, un destacado experto chino en enfermedades respiratorias y asesor gubernamental, instó a China a aumentar los intercambios y la cooperación en el desarrollo de vacunas con otros países.

“Necesitamos aprender sobre las cosas buenas en otros países, como las (vacunas) de ARNm”, dijo Zhong en un foro en la ciudad sureña de Guangzhou el sábado.

“Han dedicado años a la investigación y han logrado desarrollar la primera (vacuna) de ARNm del mundo en solo unos meses… Necesitamos aprender de su tecnología en esta área“, dijo.

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