No todo es tan malo: La soledad fortalecería áreas del cerebro relacionadas a la imaginación y los recuerdos

Para algunos o algunas puede ser una situación normal, pero a causa de la pandemia, una gran cantidad de personas se vio enfrentada a la soledad y a la falta interacciones con sus amigos y familiares para prevenir el avance del COVID-19.

Sin embargo, no todo es negativo respecto a esta realidad, ya que un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications sostuvo que la soledad podría ayudar a construir estructuras en el cerebro ligadas a la imaginación, los recuerdos, la planificación futura y el pensamiento en los demás.

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Los investigadores de la Universidad McGill demostraron que los solitarios eran más propensos a tener una mayor actividad en áreas del cerebro relacionadas a estas actividades. Para ello, examinaron los datos de resonancia magnética, genética y evaluaciones psicológicas de 40 mil adultos mayores en Reino Unido.

Los científicos partieron desde la hipótesis de que la llamada red predeterminada en el cerebro, la cual está involucrada en la memoria y la cognición social, experimenta diferentes cambios a causa de la soledad.  Los resultados asombraron a los expertos.

“Lo que nos sorprendió es que fue abrumadoramente el efecto más grande en los datos”, sostuvo el autor principal del estudio, Nathan Spreng. La investigación arrojó que los lazos entre estas áreas se habían fortalecido y el volumen de materia gris allí era mayor que en las personas que no estaban solas.

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Spreng señaló que el tamaño de la muestra de datos es una rareza en esta área de la ciencia. “Actualmente, en tiempos de confinamiento y distanciamiento social, la experiencia de la soledad se dispara por las nubes“, detalló al medio británico Daily Mail.

“En ausencia de experiencias sociales deseadas, los individuos solitarios pueden estar predispuestos hacia pensamientos dirigidos internamente, como recordar o imaginar experiencias sociales (…) Sabemos que estas capacidades cognitivas están mediadas por las regiones cerebrales de la red predeterminada”, concluyó.