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En el marco Congreso Futuro 2020, donde se abren espacio para todo tipo de conversaciones que tienen que ver con lo que seremos como sociedad en el futuro, una conversación exótica para el común de los mortales destaca. Se trata del tema que presentó la investigadora Kate Devlin. Parece parte de una película de ficción pero la verdad es que es una realidad global: los robots sexuales o sex robots. 

En esta entrevista que Paloma Ávila le hizo a Devlin, la doctora en Ciencias de la Computación ahondó en este tema que plantea una reflexión ética sobre hasta dónde pueden intervenir los robots en la vida humana.

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El sexo, la intimidad y la tecnología, sesgo en inteligencia artificial, interacción humano-computadora y humano-robot, diseño de interacción en tecnologías emergentes y el patrimonio cultural digital, son parte de las líneas de investigación que ha adelantado Devlin y sobre lo que conversó en esta edición especial de Futuro 360 con motivo del Congreso Futuro 2020.

—Muchas gracias por estar aquí, Kate.

—Gracias

—Estamos súper interesados en tu área, nos gustaría saber cómo defines tú un robot sexual.

—Es muy difícil de definir porque la definición completa de un robot es difícil también. Por el momento, el único robot sexual disponible en el mundo son solo prototipos y son solo muñecos sexuales con algo de robótica en ellos.

—Es un juguete más grande

—Eso es. Sí, es un muñeco, que no se puede mover del cuello para abajo. Entonces es solo un rostro que puede sonreír y moverse, pestañear. Y tiene un chatbot, un chatbot de inteligencia artificial.

—Pero, ¿cómo defines tú el sexo? Yo estaba muy interesada en esta conversación porque el sexo no es solo el acto, sabes… quizás, no lo sé.

— Pienso, que de nuevo, esto es algo muy difícil de definir. Para algunas personas el sexo es algo que sucede

—Solo entre humanos.

—Entre un hombre y una mujer, incluso. Algunos son más amplios y dicen que puede ser cualquier cosa, con cualquier persona, puede ser cualquier acto que cause excitación. Entonces pienso… yo tomo el significado como el llegar a sentir excitación y deseo, y actuar respecto a eso de alguna forma. Entonces, creo que al pensar amplio y ser abierto no se necesita de lo sencillo, de penes, vaginas, sexo hasta el punto de orgasmo. Creo que eso es algo un poco restrictivo y si nos abrimos hacia algo más amplio…

—Finalmente se trata sobre el placer.

—Realmente sobre el placer, sobre sentirse bien, sobre intimidad también.

—Wow, bueno esa es mi siguiente pregunta. ¿Podemos tener intimidad con un robot, con una máquina finalmente?

— Esto es difícil porque algunas personas dicen que no hay ninguna manera que tu puedas tener intimidad con algo que no puede tener intimidad de vuelta. Yo estaría en desacuerdo hasta cierto punto… nos enamoramos de personas todo el tiempo, que ni siquiera saben que existimos, tenemos sentimientos por ellos. No estoy diciendo que es necesario lo que se pueda llamar un nivel humano de intimidad, pero ciertamente podemos desarrollar sentimientos fuertes por cosas. Y si tu observas a niños con juguetes, o personas con sus mascotas, tu alcanzas un nivel de amistad, compañía e intimidad, cuando no es necesariamente algo que vuelve hacia ti.

—Has pensado que hay algo malo en ello, quiero decir, obviamente todos te hacen estas preguntas. Cuál piensas tú que es el elemento humano que necesitamos mantener y qué te gustaría cambiar.

—Intento mantener mi mente abierta, cuando se trata sobre personas, deseos y actitudes frente a esto. Entiendo que para muchas personas es inconcebible que alguna vez se enfrenten a la situación, donde lleguen a sentirse queridos o incluso deseados por algo que ni siquiera es humano. Pero para algunas personas que ya tienen un estilo de vida… cosas como las personas que tienen muñecos sexuales, donde tienen un sentimiento real hacia ellos y viven con estos muñecos y los incluyen como parte de su vida, y ellos son felices haciendo esto. Y yo pienso que si ellos son felices haciendo esto, por qué debería juzgarlos.

—Existe una típica conversación en esta área, que es si está bien que nosotros hagamos con los robots algo que está mal hacer con los humanos. Quiero decir, estoy hablando sobre derechos, respeto…

—Claro, esto es muy complejo porque algunas personas argumentarán que esto es solamente una máquina, no puede sentir nada, no tiene emociones, no puede sufrir, no tiene receptores de dolor. Otros dirían ‘bueno. ¿no es una posibilidad que si te comportas de manera cruel con un robot se podría traspasar a la vida real y que podrías comenzar a ser así con otros humanos? Simplemente no lo sabemos. Hemos escuchado este argumento sobre los videojuegos, donde las personas decían que si juegas videojuegos violentos quizás te vuelvas más violento en la vida real.

—¿Es eso verdad?

—No tenemos evidencia para decir que eso es verdad. Han existido muchos, muchos estudios sobre videojuegos, nunca ha habido un vínculo concluyente hacia la violencia del mundo real. Hay muchos factores que pueden llevar a que alguien se vuelva violento. Sea o no una relación para hacer con videojuegos, es desconocido.

—¿Es desconocido por qué no tenemos los estudios suficientes o es desconocido porque no tenemos ninguna prueba y las hemos buscado?

—Las personas han intentado encontrar esto y realmente no han encontrado los vínculos. Sabemos que pueden haber cambios en el comportamiento social pero decir que hay una causa directa entre videojuegos y violencia, simplemente no puede ser justificado.

—¿Las personas deberían tener la posibilidad de tener un robot sexual cuando cumplan los 21 años o tú piensas que todos podrían, cómo los videojuegos que todos pueden usar realmente los videojuegos?

—Bueno, los videojuegos están categorizados por edad en muchos lugares también, entonces lo más probable es que tengas que ser mayor de 18 para jugar un videojuego violento. Creo que cuando se trata de sexo y tecnología, tenemos actualmente leyes en función sobre tecnología que compramos para el sexo, entonces quizás si vas a una tienda que vende tecnología para el sexo tienes que tener determinada edad para entrar a la tienda, para acceder a material pornográfico tienes que ser un adulto. Entonces creo que esas reglas ya existen en la sociedad. No debemos recordarlas.

—Pero no son realmente respetadas, especialmente en los videojuegos.

—Sí, ese es el problema. Eso también es algo sobre lo que es difícil solucionar.

—Ahora, cuando tu ves tu trabajo, ¿cuál es la parte buena, cuál es la parte que realmente te gusta y cuál es la parte sobre la que estás preocupada?

—Las partes que me gustan es que creo que podemos usar tecnología para ayudar a las personas, a juntar a unos con otros. No estoy preocupada de que la tecnología reemplace a los humanos, creo que irán de la mano con las relaciones humanas. Podemos usar esta tecnología para que nos beneficie, en lugar de reemplazarnos.

—Puedo hacer un punto, ¿cómo puedo tener una mejor relación con otros humanos si tengo tantas alternativas para solo relacionarme con robots? ¿Cómo practico?

—Bueno, ya tenemos tecnología que las personas pueden ocupar. Por ejemplo, los juguetes sexuales inteligentes ya existen. Hay juguetes sexuales que pueden conectarse por internet. Las personas pueden usarlos, quizás si están en una relación a larga distancia, alguien en un lugar puede controlar el de alguien que está en otro lugar. También es usado frecuentemente en el trabajo sexual online, webcams, para que puedan usar estos juguetes sexuales que están controlados por personas que pagan para hacerlo. Entonces, qué tal si se pudiera conectar no solo para sexo, conectar íntimamente sobre la tecnología y a través de la tecnología. Entonces, si yo quisiera darle un abrazo a alguien pero está en un lugar distinto, puedo desarrollar una tecnología que me permitiese abrazar a mis amigos y familia cuando están lejos. Creo que la tecnología… podemos explorar nuevas cosas. Algunos años atrás hice un hackathon para explorarlo donde construían prototipos de tecnología que ellos pensaban que podían mejorar relaciones entre las personas y ayudar cuando están separadas, y hubo algunas ideas encantadoras de las que podríamos realmente beneficiarnos.

—¿Quizás podríamos recuperar algo que habíamos perdido por la vida que llevamos, solo practicando con máquinas?

—Posiblemente, o usando esas máquinas para, de alguna manera, hablarnos los unos a los otros, o un paso intermedio. Pienso que la tecnología está ahí, si vemos las aplicaciones que ya existen, existen muchas cosas como aplicaciones de citas, pero también hay aplicaciones que ayudan a las personas, guían sobre lo que quieren hacer en términos de sexo, mediar mensaje entre persona… Creo que la tecnología podemos diseñarla y usar nuestra imaginación para traer nuevas formas de usarla.

—¿Hay algún tema que te preocupe realmente?

—Hay muchas partes que me preocupan, yo creo (…)

—La que más…

—Creo que hay… Ciertamente el hecho de que los robots sexuales y las formas en las que están siendo diseñados, son muy son estereotipos muy reductores de mujeres y creo que eso es problemático. Tenemos los suficientes problemas de imagen corporal con los medios hoy.

—Podría reproducir estos problemas

—Cierto, y no creo que vaya a ayudar. Por esta razón digo que nos movamos de la idea de crear robots con parecidos humanos realistas, porque creo que no tiene sentido, somos muy muy malos en ello, tecnológicamente, computacionalmente y son muy costosos. Y también nuestros cerebros toma esta parte donde ve al robot en lugar de pensar lo que nos gusta de los humanos, vemos las fallas en lugar. Es el efecto de “valle inquietante” donde en realidad comenzamos a encontrar las cosas un poco extrañas, escalofriantes. Entonces, creo que si dejamos la idea de intentar replicar la forma humana y movernos hacia formas más abstractas de tecnología, lo podríamos hacer mejor.

—¿Y podemos tener placer con eso?

—¡Claro!

—Porque en teoría, nosotros somos hechos por el placer de estos humanos, en teoría.

—Claro. Creo que hay dos fortalezas también. La primera es que ya tenemos muchos juguetes sexuales que están viniendo en nuevas formas, nuevas formas abstractas que están bien, pero por qué no pensamos en una mayor escala, cosas que están encarnadas. Quizás, yo uso el ejemplo de una manta que pueda abrazarte o ahogarte, materiales que puedan responder a tu ritmo cardíaco,

—O masajearte…

—O masajearte. Creo que está ese aspecto y también está el aspecto de la conversación. De forma muy rápida las personas tomaron la idea de tener voces en sus hogares, realmente les gusta. Es algo con lo que es muy fácil de interactuar, es muy natural para nosotros. Las personas les han comenzado ha hablar “sucio” a sus Alexas, Siris y Cortanas. Son muy rápidos también para empujar los límites. Entonces, quizás dada la forma en la que podemos conversar con chatbots y sistemas de voz, quizás eso sea la intimidad en el futuro, quizás tengamos amigos virtuales.

—¿Cuán grande es esta área en estos momentos en el mundo? Hiciste un hackathon para esto…sexathon, no sé como lo llamas.

—Claro. El robot sexual es algo muy muy pequeño.

—¿Qué tan pequeño? Tratemos de ponerlo en una escala.

—Hay solo un puñado de sexshops en el mundo. Hay un par en América, hay otras en China, alguno en Europa, y ellos están haciendo esencialmente muñecos con partes con movimiento, realmente no hay respaldo corporativo en esto, no hay grandes inversiones financieras, no hay elementos de diseño. Sin embargo, la industria sexual tecnológica mundial estará avaluada en 30 billones dentro del próximo año, 30 billones de dólares porque eso incluye toda clase de cosas como juguetes sexuales que ya están a la venta y estos están transformándose, cada vez más atractivos para las personas, se está convirtiendo en algo menos tabú tenerlos. Recientemente show electrónico de consumo se presentó recientemente en Las Vegas, presentando una serie de juguetes sexuales por primera vez este año y tuvo un gran interés. Definitivamente hay dinero ahí. Quienes manejan el capital de riesgo están algo preocupados sobre invertir en ellos porque muchos de ellos están cerca de temáticas morales y contenido adulto. Pero pienso que definitivamente es una área donde hay dinero para hacer.

—¿Es este el futuro?

—Creo que es parte del futuro

—Para explorar nuestra sexualidad.

—Definitivamente podemos explorar nuestra sexualidad a través de esto. Una de las cosas buenas es que muchas de las empresas que están comenzando, las startups, que exploran el espacio de tecnología sexual, están tratando de hacer tecnología accesible para todos. Hay quienes se están encargando de que todos tengan acceso, que hayan tecnologías que asistan a personas con necesidades especiales, por ejemplo, o personas que de otra forma quedarían excluidos de esta área. Hay tecnología sexual que se está desarrollando para usar aparatos terapéuticos para enfrentar el abuso sexual, por ejemplo. Entonces puede ser que veamos una manera de hacer la vida para todos un poco mejor.

—Tenemos una última pregunta, si vemos el futuro, ¿cuándo imaginas que la gente normal, no gente adinerada, pueda tener acceso a este tipo de tecnología?

—No creo que todo el mundo tendrá un robot sexual en su hogar, definitivamente no lo creo, por último porque ¿dónde lo guardas? Son grandes cosas. Pero sí creo que veremos más y más personas teniendo tecnología integrada en sus vidas en un nivel más de compañía y quizás eso podría ser una compañía íntima.

—Muchas gracias Kate por esta entrevista. Fue muy interesante.

—Gracias.

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Estreno

Martes / 22:30 / CNN Chile