Por Javiera Albornoz

Fue una tarde de verano y en una actividad de buceo de recolección de esponjas, que la bióloga marina Paulina Bruning encontró las muestras de una especie que no se había registrado antes en la Antártica: Mytilus cf. platensis, más conocidos como mejillón o chorito.

Este buceo se dio en el contexto de una investigación sobre la adaptaciones que tienen los organismos marinos en ambientes extremos con la Antártica realizada por el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal) de la Universidad Austral de Chile.

“Este no fue un hallazgo casual. Es el resultado de un trabajo sistemático de monitoreo, observación y evaluación de biodiversidad que estamos realizando desde hace más de cuatro años. Los choritos que han llegado a la Antártica requieren la interacción con el ambiente y la protección del sustrato. En estos momentos, ese refugio se lo están dando las esponjas marinas”, explica la Dra. Leyla Cárdenas, quien lidera esta investigación.

Este hallazgo se logró usando herramientas genéticas de vanguardia, como marcadores mitocondriales y nucleares, realizando una identificación en base a secuencias de ADN. Así, lograron clasificar los organismos en el grupo de los mitílidos. Finalmente, usaron una base de datos mundiales para determinar cuál era la asociación geográfica de las muestras que provenían de la Antártica.

Este estudio fue publicado en la revista científicica Scientific Reports (Nature Publishing Group). En esta investigación también participaros expertos de la Universidad de Lával (Canadá) del William College (Estados Unidos)

Invasión de especies         

 Una reciente investigación, realizada por un grupo de científicos ingleses, dio a conocer un listado de 13 especies con altas probabilidades de invadir el continente blanco. Los ‘choritos’ lideraban ese grupo.

Nosotros estamos reportando que ya llegó, que es capaz de llegar a este ambiente extremo. Potencialmente podría transformarse en una de las nuevas especies más abundantes de esta zona. Cambiando completamente el ecosistema de la Antártica”, sostiene la Dra. Cárdenas.

Según plantea la investigadora una de las hipótesis de la llegada de esta especie es a través de barcos, porque así se ha visto en otras zonas del planeta.

De acuerdo a nuestros registros, en la época estival ha habido un aumento inusual de temperatura, lo que coincide con la temporada de mayor afluencia de barcos, por lo que se abre una oportunidad para el ingreso especies exóticas. Esto no significa que haya una población establecida. Encontramos solo individuos recién reclutados, sin embargo, todo proceso de invasión comienza con la introducción de individuos. Es algo que aún debemos estudiar”, asegura el ecólogo del Centro IDEAL y co-autor del estudio, Dr. Luis Miguel Pardo.

 

Cambios al ecosistema antártico

Con este hallazgo se demuestra que se ha abierto una puerta en la Antártica para especies que son exógenas y que pueden ser altamente invasoras en la zona. Según detalla la dra. Cárdenas el ‘chorito’ tiene características que lo hacen un potencial invasor en la Antártica.

En otras partes del planeta la tasa de invasión es alta, pero hasta el momento el continente blanco se mantenía exento de esto. El cambio climático ha provocado esta nueva realidad.

Esta situación genera un peligro para la biodiversidad, que, como explica la dra. Cárdenas, ha tomado millones de años en construirte.

Tanto los hallazgos en otras partes del mundo como este, representan que hemos logrado perturbar tanto el ambiente, que podríamos llegar a no tener un lugar que represente la evolución misma de ese sitio, sino que represente el impacto que el hombre ha dejado. En la Antártica el impacto del hombre todavía no se evidencia completamente, pero en el corto plazo podría dejar de ser así”, afirma la investigadora.

 

 

 

 

 

 

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