Por María Jesús Cardemil

La Isla Guafo está ubicada en la costa Pacífica de la Patagonia Norte, a 40 kilómetros de Chiloé, en el sector del Golfo Corcovado. Su superficie total es de 213,7 km2 con 76 km de línea costera. Las aguas circundantes a la isla, han sido reconocidas internacionalmente por su alta productividad biológica y gran valor ecológico. También ha sido destacada la presencia de especies marinas migratorias, emblemáticas y en peligro de extinción, como el chungungo, la ballena azul y ballena franca austral.

Se trata de un punto clave para la conservación de la biodiversidad en la Patagonia. En la isla y sus alrededores, habitan lobos y leones marinos, al menos cinco tipos de cetáceos y el pingüino de Magallanes. Además, se encuentra la mayor colonia reproductiva de fardela negra del mundo.

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Por otro lado, esta zona es considerada muy relevante para la vida, cultura y espiritualidad de las comunidades mapuches huilliches del sur de Chiloé. De hecho, se ha considerado a esta isla como un espacio sagrado en donde sus antepasados realizaban diversos rituales.

La puesta en venta de Isla Guafo -por 20 millones de dólares- ha generado un gran debate en torno al rol del Estado en la protección de los últimos legados de naturaleza prístina. La suma de este tipo de situaciones ha motivado a que un grupo de científicos, estén trabajando en una propuesta con elementos jurídicos, filosóficos y ecológicos, que debieran ser incluidos en una nueva Constitución para Chile, y que garanticen la conservación de la biodiversidad cultural.

La iniciativa que es liderada por la Fundación Senda Darwin -ubicada en el archipiélago de Chiloé- está enmarcada en el programa de Educación Ambiental “ConCiencia Ciudadana”. Cuenta con la colaboración del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y la Fundación Omora, desde Isla Navarino en la Región de Magallanes.

El equipo de trabajo está compuesto por un grupo interdisciplinario y tiene los siguientes objetivos:

  1. Generar una propuesta técnica con bases jurídicas ecológicas y filosóficas, que ayuden a garantizar la conservación de la biodiversidad biológica y cultural en la nueva Constitución.
  2. Comunicar, educar y generar consciencia pública respecto al valor de la diversidad biocultural, para el buen vivir de los habitantes de los diversos territorios de Chile.

Conservar biodiversidad cultural

La directora de la Estación Biológica Senda Darwin, Mariela Núñez, explica a Desafío Tierra que como la Isla Guafo es propiedad privada, si es que el propietario tiene la voluntad de hacerlo, se podría crear un Santuario de la Naturaleza. “Que es la única figura de protección que podría ser usada actualmente por los privados que quieran conservar la biodiversidad, pero no cuenta con el apoyo en financiamiento para las actividades de conservación por parte del Estado“.

En caso de que el propietario no quiera conservar, el Estado podría comprar ese territorio y declararlo como Parque Nacional u otra figura de protección. “Pero con la actual Constitución, la propiedad de la tierra está por sobre el derecho de conservar la biodiversidad, por ende, todo este gran valor en términos de patrimonio natural y cultural -que es de todo los chilenos y que existe en Isla Guafo- se reduce a un mero trámite de transacción entre privados”, dice Núñez.

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En la Isla Guafo finaliza la distribución de los Bosques Costeros de Olivillo que existen desde el Parque Nacional Bosque Fray Jorge, en la Región de Coquimbo, a través de toda la costa hasta el Archipiélago de Chiloé. “Estos bosques han sido destruidos tanto en la zona norte y centro de Chile, permaneciendo algunos pocos relictos en la zona sur y en la Isla de Chiloé, albergando una alta biodiversidad de especies que solo puede subsistir en este tipo de ecosistemas”, explica Juan Armesto, presidente de la Fundación Senda Darwin e investigador del IEB.

El científico relata que junto a la investigadora Carolina Villagrán, han recorrido la isla investigando su flora “y conocemos además la belleza escénica del lugar, constatamos la alta diversidad de fauna que alberga este ecosistema, en donde los bosques se han mantenido en un estado de conservación que le permite mantener esta alta biodiversidad”, dice Armesto.

Los pueblos originarios han solicitado la protección de la isla frente a eventuales amenazas como proyectos mineros, desarrollo inmobiliario no sustentable, contaminación por desechos y sobreexplotación de recursos marinos. Por esta razón, en enero de este año fue declarada admisible por la Subsecretaría de Pesca, la declaratoria de un Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO) en la Isla Guafo, ingresada por un grupo de once comunidades huilliches del Archipiélago de Chiloé.

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“El Estado no se puede desentender de sus deberes para con los pueblos indígenas ni de sus deberes de protección del patrimonio ambiental”, declaró Salvador Millaleo, abogado e investigador asociado IEB. Agregó que la legislación actual es muy restrictiva en estas materias, precisamente está bajo un orden que “protege la propiedad privada más que a cualquier otro bien o valor, es por eso que necesitamos un nueva Constitución, para que cosas como estás no se repitan”.

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