Dolores y achaques, garganta irritada y fiebre; aunque se puedan parecer para aquellos que sufren sus síntomas, el coronavirus no es lo mismo que la gripe estacional, mejor conocida como influenza.

Se estima que el Covid-19 mata al 3,5% de las personas que lo padecen. Y aunque ésta cifra no es lo mismo que la tasa de mortandad, sigue siendo considerablemente más alta que la de la influenza la cual, en promedio, es capaz de acabar con la vida del 0,1% de los contagiados.

“Todavía existe una inseguridad considerable acerca las tasas de fatalidad del Covid-19, y es probable que varíe dependiendo de la calidad de los servicios de salud locales”, aseguró Francois Balloux, profesor en Biología Computacional de la Universidad de Londres a Science Alert.

“Aún así, la cifra se acerca al 2% en promedio, lo que es 20 veces más alto que cualquier cepa de gripe que circule actualmente“.

Sin embargo, el real peligro del coronavirus no es la cantidad de muertos que deje. Los expertos aseguran que los sistemas de salud del mundo podrían verse sobrepasados por la cantidad de casos que requerirán hospitalización.

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Un análisis de 45 mil casos confirmados en China, donde la epidemia se originó, mostró que gran parte de las fatalidades que ha dejado el Covid-19 pertenecen a la tercera edad (lo que se traduce en un 14,8% de mortandad en las personas mayores de 80).

Otro investigación en el gigante asiático mostró que el 41% de los casos serios se presentaron en personas bajo los 50 años, en comparación al 27% de mayores de 65.

“Es cierto que si eres más viejo estás en un mayor riesgo, pero los casos serios también le pueden pasar a gente relativamente joven sin condiciones de salud previas”, aseguró el ministro de salud francés Jerome Salomon.

Los expertos en enfermedades estiman que cada persona afectada por el Covid-19 infecta de 2 a 3 personas en promedio. Esto hace que la tasa de reproducción sea del doble que la influenza, la cual típicamente infecta a 1,3 personas por paciente afectado.

Salomon asegura que los humanos han vivido combatiendo la influenza por más de 100 años. “La hemos estudiado de cerca. Este nuevo virus se parece a la influenza en tanto a los síntomas físicos, aunque existan enormes diferencias”.

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 La primera es la falta de una vacuna efectiva contra el Covid-19, o cualquier otro tratamiento que haya demostrado ser consistentemente efectivo.

Cientos de investigadores a lo largo del mundo están trabajando sin parar para encontrar una vacuna contra esta cepa de coronavirus, pero el proceso de desarrollo toma meses y es probable que llegue demasiado tarde para combatir al brote actual.

Incluso si una vacuna apareciera mágicamente, hacer que todos pudiesen acceder a ella sería bastante difícil. Las autoridades de salud normalmente se quejan de que las personas no se tratan contra la influenza, lo que previene que se desarrolle una “inmunidad general”.

Sin embargo, el coronavirus comparte algunas características con la influenza. Entre ellas se encuentran las formas de prevenirla: evitar sacudirse de manos y lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, además de evitar tocarse la cara y utilizar una máscara si estás enfermo.

Todo lo anterior puede limitar a las nuevas infecciones tal y como lo han hecho con la influenza, enfermedades gastrointestinales y otras enfermedades altamente contagiosas.

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