Por Patricio Alarcón

Los datos son demoledores. Según el World Resource Institute, Chile forma parte del lamentable “ranking” de las 18 naciones con mayor estrés hídrico del mundo, y se ubica en el primer lugar del grupo con un estrés hídrico alto. Y es que 137 de las 346 comunas de nuestro país enfrentan escasez hídrica, de acuerdo con las estadísticas de la Dirección General de Aguas. En definitiva, la peor sequía del último siglo.

 

Ante este escenario, el Gobierno creó en octubre del año pasado la Mesa Nacional del Agua, integrada por ministros, una bancada transversal de parlamentarios, gremios empresariales y organizaciones civiles, cuyo objetivo es diseñar una estrategia para abordar la emergencia.

 

Si bien no ha estado exenta de críticas de diversas organizaciones por una baja representatividad, la entidad ya ha entregado dos productos: un primer informe -que pone una nueva institucionalidad hídrica, financiamiento y gestión sustentable como algunos de los principales desafíos- y una digital, en la que un 98,9% de los encuestados señaló el consumo humano como el factor prioritario en el que se debería usar el vital recurso.

 

Agua para consumo humano, la preocupación de la ciudadanía

 

En cerca de un mes y medio de aplicación, el sondeo alcanzó a un total de 41.358 participantes. Ante la pregunta “¿Cuáles deben ser los usos prioritarios del agua?” La primera mayoría respondió a favor del consumo humano. Le siguieron el uso agropecuario y en tercer lugar el medio ambiente. Cabe destacar que, según el documento de la mesa, la priorización del uso agropecuario es más alta en el sector rural que en el urbano, mientras que la priorización del uso medioambiental es más alta en el sector urbano que en el rural.

 

En esa misma línea, asegurar el acceso continuo y suficiente al agua como derecho humano fundamental para uso personal y doméstico, y establecer un equilibrio entre el uso productivo del agua, el consumo humano y el cuidado del medio ambiente son indicados por la ciudadanía como los dos principios básicos que deberían contener las futuras normativas del país en la materia.

 

Por lo mismo, los participantes establecieron cuatro principales desafíos a asumir: conservar las fuentes naturales de agua (75%), mejorar las leyes (58%), la “propiedad” de las aguas (46%) y entregar soluciones ante la escasez (38%).

 

Momento de crisis

 

Desde su formación, la Mesa Nacional del Agua contó con voces críticas que reclaman por una baja representatividad de organizaciones civiles y territoriales, lo que -acusan- influenciaría en un sesgo ante la necesidad de nuevas políticas públicas.

 

La encuesta digital de la entidad comandada por el Ministerio de Agricultura presentó por su parte otros varios problemas. Algunas ONGs aseguran que el cuestionario no abarcó una profundidad necesaria y acusaron deficiencias tecnológicas a la hora de aplicar la encuesta. A pesar de esto, valoran la priorización de la ciudadanía a favor del consumo humano y la preservación del medio ambiente

 

“A pesar de los sesgos y de las dificultades, está muy claro que la gente está reconociendo que, en un contexto de sequía y cambio climático, tenemos un problema de gestión de agua. Y ese problema está dado porque el consumo humano no está priorizado, porque no se protegen las fuentes naturales de agua y el medio ambiente. Eso hace urgente y necesario modificar nuestro ordenamiento jurídico respecto al manejo de las aguas”, opina Estefanía González, coordinadora del área de campañas de Greenpeace.

 

“Si bien es cierto que hay unas respuestas bastantes categorías, por ejemplo, lo de privilegiar el consumo humano, no habla (la encuesta) del derecho humano al agua. La encuesta del Gobierno no se pronuncia sobre el agua como un bien común y como un derecho humano. No se pronuncia sobre la vigencia del Código de Aguas desde 1981 y que transcurrido 49 años se mantiene inalterable”, agrega Rodrigo Mundaca vocero nacional de Modatima.

 

La instancia de participación ciudadana de la mesa gubernamental abordará el segundo semestre de este año, si es que las condiciones lo permiten, una “consulta en terreno en las principales cuencas del país”. Con todos los procesos de recopilación, se redactará un documento preliminar que será sometido a consulta pública.

 

Iniciativas ciudadanas

 

Con el 76% de la superficie chilena afectada por sequía, desertificación o degradación de suelos, las iniciativas para problematizar sobre la emergencia no se han hecho esperar. Una de ellas es la campaña de Greenpeace “Suelta el Agua”, que busca un plan nacional de emergencia para abastecer de agua a 350 mil chilenos que no tienen acceso a este servicio en medio de la crisis sanitaria por COVID-19 y garantizar a largo plazo el recurso. La petición digital -afirman- ya ha convocado a más de 60 mil personas.

 

Fotografía https://www.greenpeace.org

 

A través de un inédito festival online, organizado junto a La Matria y Súbela reflexionaron sobre los principales desafíos de la materia junto a artistas como Perota Chingó, Ana Tijoux, Lila Downs, Li Saumet, Francisca Valenzuela, Pascuala Ilabaca y Mariel Mariel.

 

“Esto es esencial para construir una vida digna y justa para las mujeres y los hombres que viven en el país, sin excepción alguna. Nos estamos uniendo para exigir un derecho para las futuras generaciones de Chile”; concluye para Desafío Tierra, Soledad Acuña, parte de la organización del evento y vocera de Greenpeace.

 

 

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