Por Javiera Albornoz
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VIDEO RELACIONADO – Ministro Paris: La atención primaria siempre ha hecho trazabilidad (01:57)

Contexto. Prevención de enfermedades y promoción de la salud. Son dos de los pilares fundamentales de la Atención Primaria de Salud (APS).  Aquella que en los territorios se despliega a través de los Centros de Salud Familiar (Cesfam), de los Servicio de Atención Primaria de Urgencia (Sapu), los Servicios de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolución (SAR) o Postas rurales, por ejemplo.

Aquí llegan llegan en primera instancia, las personas que requieren  asistencia sanitaria. Porque es el núcleo y primer nivel de contacto del sistema público de salud con las personas, familias y comunidad en general.

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“La APS es más que un simple nivel de atención o la puerta de entrada al sistema, sino que una estrategia de desarrollo, donde se ve a la salud como un derecho”, sostiene la directora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Talca, Erika Retamal.

La prevención es fundamental para hacer frente al avance del COVID-19 en el mundo. Un diagnóstico y atención oportuna permite contención del virus y, a la vez, evitar el colapso hospitalario.

Testear, rastrear y aislar

Esa es la estrategia clave para lograr un manejo adecuado de la pandemia.

Respecto a eso, la directora afirma que es clave el rol territorial que puede cumplir la Atención Primaria de Salud. “Cada Cesfam maneja un cierto territorio de los inscritos en él. Tenemos cerca de un 80% de la población como parte de este nivel”, sostiene. Con ello, explica, se puede lograr un buen seguimiento de los casos de COVID-19.

El rol que cumple la APS 

El 3 de junio, y durante el balance diario que entregan las autoridades, el entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich, aseguró que los funcionario de la atención primaria de salud estarán a cargo de la trazabilidad de los nuevos casos.

A ello, la presidenta de la Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud Municipal (Confusam), Gabriela Flores, afirmó que eso ya era una acción que realizaban. “Desde que partió el primer caso, sin tener el instructivo ministerial,  se realizaban los seguimientos con los resultados de los exámenes que llegaban o que se derivaban, para que la atención primaria puede hacer la trazabilidad”, afirma la dirigente.

Explica que el cambio ahora, es respecto a la información que las Seremi les hacen llegar sobre los contagiados.

Carla Bertossi, que trabaja en un Cesfam de Providencia, reconoce a Futuro 360 que en un comienzo todo estaba muy centralizado en la Seremi. La profesional es parte del colectivo Familiar y Comunitaria, un grupo de profesionales de la salud que buscan el fortalecimiento de la APS como una estrategia de salud.

Asegura que un comienzo la atención primaria no tenía la capacidad de testear y se organizaban para lograr armar planillas. “En abril empezaron a llegar los test PCR para que no tuviéramos que derivar a todas las personas al hospital”, señala la profesional.

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También detalla que cada centro comenzó a abordar desde una organización local y conversando con profesionales de otros recintos, la manera más efectiva de hacer los seguimientos de casos positivos. “Recién en junio el ex ministro dice que tenemos que cumplir ese rol, pero eso tampoco se traduce en algo concreto. O sea, seguimos haciendo lo mismo, con los mismo recursos para mantener esta vigilancia epidemiológica”, afirma.

Durante un seminario online organizado por el Departamento de Atención Primaria y Salud Familia de la U. de Chile, el director comuna del Departamento de Salud de San Clemente, Rodrigo Olivares, también señaló que la trazabilidad y vigilancia epidemiológica era una acción que se hacía desde marzo.

San Clemente, con 4.504 km2 de territorio, es la comuna más grande de la Región del Maule. Fue una de las comunas, de dicha región, que más tarde detectó su primer caso de COVID-19, el 15 de abril.

En este territorio hay 15 postas de salud rural. Un Cesfam, tres centros comunitarios de salud familiar y también tienen cuatro servicios de urgencias rural. Debido a la pandemia, también implementaron un Sapu rural.

Olivares afirmó que parte de sus esfuerzos ,radican en que en un comienzo y en las primeras coordinaciones con la municipalidad, el alcalde Juan Rojas les mencionó que a “San Clemente lo salva San Clemente”. “Nosotros sentimos que ha habido una ausencia de orientación del gobierno central y particularmente desde el gobierno regional y desde la Seremi”, señala Olivares. A eso agrega que “no han recibido ninguna orientación a la prevención del COVID-19 y al trabajo que potencia el rol de la APS”.

Pero que ello se han organizado para hacer seguimiento, tomar muestra y dar altas médicas en todo el territorio de la comuna. Ejemplifica que desde los recintos de salud han entregado junto con los kit de aseo para quienes son COVID positivo, una canasta de alimentos. 

En la misma instancia, la directora del Cesfam de Peñaflor, Irlandia Silva, retrató que la preparación en dicho recinto comenzó entre enero y febrero. Con la realización de capacitaciones, simulacros, difusión de material preventivo y un trabajo en conjunto con la municipalidad.

También definieron localmente el método de trabajo que iban a utilizar. Lo ejemplificó a través de la definición y distribución del uso de los elementos de protección, que según explico, en el instructivo ministerial no estaba claro. Ambos profesionales, valoraron el trabajo colaborativo que han tenido junto a los municipios y el apoyo que estos les han brindado.

Pero el COVID-19 es sólo una de las enfermedades a las que hacen frente en los recintos de atención primaria. También como parte de una prevención del colapso del sistema sanitario, cumplen el rol de seguimiento de patologías crónicas. “En ese sentido, lo que se ha estado haciendo es mantener la continuidad de la compensación, del acompañamiento de las personas con otras patologías. Es también una forma de prevenir”, señala la médico Carla Bertossi.

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En esa línea, la directora de la Escuela de Salud Pública, Erika Retamal, que fue fundamental el trabajo que se hizo para la vacunación de influenza. “Tenemos a una población con una cobertura excelente, y no ha habido o hay muy poca influenza circulando. Eso se debe a la gran cobertura que hizo la atención primaria”, expresa.

Las dificultades

La percepción que tenemos la mayoría de los que trabajamos en la atención primaria es que ha estado súper sola, invisibilizada y desde el día uno gestionándose como para poder sola, a nivel local, asumir estas tareas. Con bien poco refuerzo y poco recurso desde la autoridad sanitaria”, reflexiona Carla Bertossi.

La profesional señala que parte de las dificultades, tienen relación a la falta de guías o lineamientos focalizados a cada zona y realidad de los recintos.

En ese punto concuerda la presidente de la Confusam, Gabriela Flores, quien señala no existe un protocolo ministerial de trazabilidad. Agrega que desde los municipios han evidenciado que los recursos que llegan son insuficientes. Advierte que hay trabajadores de SAR y Sapu que no cuentan con los elementos necesarios de protección personal.

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Añade que hay un déficit respecto al personal que trabaja en estos recintos. “Hoy tenemos un 35% de la dotación de atención primaria que no está trabajando, porque están contagiados, en cuarentena, por enfermedades crónicas o por protección sanitaria”, afirma.

Según cifras que manejan desde la organización, hay mil 300 trabajadores contagiados y ocho personas han fallecido.

La presidenta del gremio también acusa que hay personal, de quienes realizan la trazabilidad, que utilizan sus celulares personales para contactar a los pacientes. A eso, quienes realizan teletrabajo administrativo, no se les han entregado computadores.

La “pre hospitalización”

La labor que realiza la atención primaria tiene como objetivo un tratamiento oportuno para evitar que las personas tengan que requerir cuidados de mayor complejidad, como la hospitalización. Debido a la saturación que se ha dado en los recintos hospitalarios, han readecuado Cesfam para lograr hospitalizaciones o “pre hospitalizaciones” de pacientes con COVID-19.

Carla Bertossi señala que “es un riesgo el que se está corriendo. (…) El estar redistribuyendo los espacios físicos, los funcionarios y recursos a unidades de hospitalización u observación prolongada, amenaza la efectiva realizaciones de las actividades fundamentales que realiza la APS para la contención”.

 

Gabriela Flores también concuerda y cuenta que no hay un instructivo ministerial para poder ejecutar dicha acción. La presidenta de la Confusam asegura que “no se cumplen las normas en alguno lugares. Los pacientes no están un día o dos, están tres, cuatro hasta siete días. Sin alimentación, porque no existen centrales de alimentación en esos recintos. No existe calefacción adecuada”.

Lo fundamental

Tan necesario como aumentar la capacidad de camas críticas y ventiladores, es el trabajo con las bases sanitarias de APS; capacitando, reconvirtiendo funciones, destinando recursos y protegiendo sus trabajadores. ¿Dónde está la guía COVID Minsal de coordinación APS-Seremi-SS?” escribió en su cuenta de Twitter la epidemióloga y especialista es salud pública, Dra. María Paz Bertoglia.

“Creo que acá ha fallado la estrategia de APS porque realmente no la conocen. No la han vivido nunca”, expresó.  Tanto Erika Retamal como Carla Bertossi, concuerdan en que uno de las fallas fue que se tuvo una mirada hospitalo-centrista y no de prevención y contención con una estrategia de testear, trazar, identificar y aislar.  Para la presidente de la Confusam son cuatro temas urgentes a solucionar.

Primero, inyectar más recursos a los municipios para que con esto se pueda mejorar. El segundo, es más y mejores elementos de protección. Lo tercero,  considera que exista un testeo periódico para los trabajadores que se mantienen realizando turnos de 14 días presenciales y las dos semanas en teletrabajo en su casa. Finalmente, agrega que es fundamental reforzar los equipos de trabajos.

“Nosotros estamos con una sobrecarga laboral, porque además de la pandemia, también estamos con telemedicina manteniendo las labores que siempre hemos hecho”, finaliza. La directora de la Escuela de Salud Pública añade también que tiene que haber una mayor cantidad de personal, capacitado para las labores que se ejercen. A eso, suma que es necesario seguir aumentando el nivel de testeo y entregarles esas herramientas a los recintos de Atención Primaria para la toma de muestras.

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Carla Bertossi, afirma que es necesario aumentar la cantidad de trazadores para cumplir correctamente con la vigilancia epidemiológica del seguimiento y aislamiento eficaz. A eso agrega que también es importante que se le entreguen las facultades a los médicos de la atención primaria para que puedan hacer licencias para contactos estrechos, casos confirmados y probables, que afirma aún no está normado.

A casi cuatro meses desde la confirmación por test PCR del primer caso de COVID-19 en Chile, el pasado miércoles 3 de julio la Subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, presentó el programa de trazabilidad que será fortalecida a través de una plataforma digital.

Ante eso, el Ministro de Salud, Enrique Paris señaló “hemos cumplido. El programa ya está en marcha”. Asegura que la APS ha recibido $90 mil millones extras. De esos, $13 mil millones son destinados a la trazabilidad. “Es probable que haya habido un leve atraso, porque la Contraloría me pidió hoy que renovara un documento que se hizo antenoche y, por lo tanto, estamos seguros que este viernes, y así lo espero, los recursos lleguen”, señaló el secretario de Estado.

También detalló que a nivel país hay 9 mil trazadores. De ellos mil, están en la Región Metropolitana.

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Enrique Paris también confirmó y valoró el trabajo de la atención primaria de salud durante la pandemia respecto a la trazabilidad, manifestando que ha sido importante respecto a la cantidad de pacientes que se han detectado con COVID-19.  “Reconozco lo que ha hecho la APS y la felicito. Creo que ellos han trabajado silenciosamente haciento esto”, finalizó.

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