Por Javiera Albornoz
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La sequía en Chile ha provocado grandes estragos en los animales. La falta de agua, impide que puedan obtener su alimento con regularidad. En la región de Coquimbo, se encuentra la cabra criolla. Especie que hoy es parte de un proyecto, que busca mejorar su productividad y dar alternativas para su alimentación.

“Mejoramiento de la sustentabilidad y resiliencia de sistema de producción caprina en zonas áridas frente a los efectos del cambio climático” es el nombre del trabajo con el cual la Facultad de Ciencia Agronómicas de la Universidad de Chile, busca ayudar a crianceros de las comunas de Canela, Combarbalá e Illapel. 

“Buscamos validar ciertos aspectos referidos a que existen alternativas de mejoramiento de la producción caprina orientadas a la producción de quesos de cabra, a través de acciones que se enmarcan dentro de un contexto de cambio climático, que tiene periodos de precipitaciones cada vez más cortos y con menos cantidad”, afirma a Desafío Tierra el coordinador del proyecto, Giorgio Castellaro.

Tres aspectos son esenciales en este trabajo: mejoramiento genético, el uso eficiente de la alimentación caprina, este último respecto a subproductos de la industria hortofrutícula y también uso de arbustos forrajeros alternativos.

Respecto al mejoramiento genético, hubo resultados iniciales prometedores. Lo que hicieron estos investigadores fue cruzar a las cabras criollas con la especie española murciano-granadina. La razónse debe a que estas últimas, presentan mejores condiciones frente a la realidad del sector. Por ejemplo, son más pequeñas. Las hembras alcanzan un peso de entre 45 a 50 kilos, mientras que los machos entre 70 a 75 kg.

“Al ser más chica, tiene menores requerimientos de mantención. Pero a pesar del tamaño, tiene una muy buena producción de leche y también con contenido de grasa y proteína más altos en comparación a las razas internacionales. Estamos hablando de una producción de dos a tres litros de leche al día en condiciones normales, con un contenido de grasa de 5% y de un 4% de proteína en comparación a las tradicionales que son inferiores al 3,5% y 3% respectivamente”, detalla Castellaro. Debido a estas características, se requieren menos cantidad de litros, para generar un kilo de queso.

Pero este proyecto también busca generar sustentabilidad en la forma de alimentación, con el uso eficiente de productos de la industria hortofrutícola y la utilización de especies arbustivas forrajeras resistentes a la sequía. 

Esta iniciativa contó un financiamiento de $150 millones de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). En ese sentido, el director ejecutivo, Álvaro Eyzaguirre señaló a Desafío Tierra que “es un hito muy importante, pues se contribuye a mejorar la sustentabilidad productiva dotando a los productores de herramientas necesarias para alcanzar las oportunidades que ofrece el mercado y disminuyendo el sobrepastoreo de los campos”.

El nacimiento

Durante la última semana de julio, nacieron las primeras cabras mestizas tras el cruce entre la raza criolla y murciana-granadina en la región de Coquimbo. 

“Nosotros hemos evaluado el crecimiento de las crías mestizas y las hemos comparado con los criollos. En general, hay poca diferencia y ahora estamos entrando en etapa de evaluación de las características de la leche tanto en cantidad diaria, como en contenido de grasa y proteína, y están dando resultados bastante promisorios acordes con las características que nosotros buscamos en estas cabras que son los altos contenidos de sólido en la leche”, señala Giorgio Castellaro.

Estas acciones de cruzamiento no suponen mayor riesgo para la especie. “Cuando uno importa el semen, este viene con un riguroso chequeo y trazabilidad sanitaria, por lo tanto, eso está controlado”, señala el investigador.

Respecto al cruzamiento con acción, señala que no hay problemas, por ejemplo, con el con el parto, porque la especie es más pequeña que la cabra criolla. Agrega que hay mejoramiento es aspectos relacionados al ordeño, puesto que esta tendría rasgos mejorados en su ubre. “Si bien facilita el ordeño, también disminuye los riesgos de presentación de ciertas patologías como las mastitis y otras que pueden interferir en la producción. Nosotros no vemos ningún riesgo desde ese punto de vista, al contrario, vemos beneficios”, finaliza.

Innovación agraria 

La Fundación para la Innovación Agraria, impulsa la innovación en el sector silvoagropecuario buscando la modernización de la actividad. Para ello, hoy enfocan sus esfuerzos en proyectos que busquen frenar los impactos del cambio climático, como el manejo hídrico, pero también respecto a agregarle un valor productos y mejorar los procesos de producción de alimentos de cultivos.

Respecto a eso, el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, reconoce que existe un gran desafío en el rubro respecto al uso de la tecnología y los proyectos de innovación. “Tenemos un tremendo desafío porque el agricultor chileno grande, mediano o chico en general es bastante reticente a cambiar la forma en cómo hace las cosas y en eso, como Fundación, debemos promover y demostrar que a través de la innovación tú tienes y puedes lograr una eficiencia en los procesos, economía de los productos o aumentar la productividad”, señala Eyzaguirre.

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