Por Andrea Moreno Espinosa
Publicado por Macarena Casanova

Junto a los animales salvajes recorriendo las ciudades, nuevas postales agregan belleza y sorpresa a esta crisis sanitaria mundial. Fue con la imponente y majestuosa imagen del Himalaya con la que despertaron los habitantes de la ciudad de Jalandhar en Punjab al norte de India hace algunos días la que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial. Como una máquina del tiempo, el coronavirus trajo las postales más admirables del último tiempo.

“Mi primo me envió esto. Ahora se puede ver las estribaciones de los Himalaya en Himachal, desde Punjab, gracias al cierre y la baja contaminación”, dice Kash Singh, habitante de India.

Esto tras el confinamiento obligatorio decretado por las autoridades, para los 1300 millones de habitantes. Narendra Modi, Primer Ministro de India, aseguró que la medida ha significado cambios importantes e inesperados en el medio ambiente”. Lo que ha supuesto un impacto en la salud humana y natural.

Cabe recordar que India es uno de los países con mayor contaminación del mundo. Junto a China, lideran el número de fallecidos por esta causa, con 1,2 millones de víctimas fatales al año.

El Himalaya en esta zona no era vista hace décadas. Sin embargo, la pandemia, las medidas impuestas, han colaborado al único beneficiado: el medio ambiente. Hoy gracias a la baja de la contaminación la zona está un 26% más limpia que la mejor semana del año pasado.

Para Andrés Pica, Director ejecutivo del Centro de Cambio Global UC, “Esto se debe a la caída de la actividad industrial (en India el uso de carbón es alto y muy contaminante), y a la disminución de transporte, (también una actividad muy contaminante y con pocas regulaciones). Estas acciones han disminuido las emisiones de CO2, contaminante que produce el cambio climático y de contaminantes locales, MP, NOX, SO2, CEO, etc., que son responsables de lo que conocemos como smog”.

Pica agrega además que el resultado de esto es que hay beneficios medioambientales en varios ámbitos, siendo los más destacables la mejora de la salud de la población, menos muertes y enfermedades, la protección del clima, disminución al daño de ecosistemas, glaciares, cultivos y paisajes como el que estamos viendo.

Sin embargo no hay que fiarse. Así lo menciona Greenpeace. Matías Asun, director de la organización dice que “no es una señal que esto vaya a ser permanente, o que podamos confiarnos de que esta es una solución de largo plazo. Nos coloca en perspectiva del enorme daño que le hacemos al aire, con las actividades industriales que realizamos”.

Para Jadille Mussa, académica escuela de Arquitectura del Paisaje de Universidad Central, en estos meses de pandemia, los cambios para el planeta han sido extraordinarios, en especial para la calidad del aire y la disminución de temperatura. “Aún falta mucho para que el sistema del planeta tenga niveles normales, pero si actuamos con conciencia y al terminar esta pandemia los países cumplen con el protocolo de Kioto y el acuerdo de Paris, podríamos estar esperanzados que este mundo tiene muchas posibilidades de cumplir con carbono neutralidad mucho antes de lo esperado”.

Mussa comenta que “en los últimos 50 años se ha acelerado el calentamiento global debido a los gases efecto invernadero, donde el CO2 y metan nos han privado de lo esencial, la pureza del aire. En China llevaban años sin ver el cielo azul, en India más de 30 años sin ver el Himalaya, y acá en Chile, cuando comienzan las bajas temperaturas, el cielo no es azul, sino gris”.

“Hoy lamentablemente, él único que ha podido hacer cambios en el medio ambiente ha sido el Covid-19, ningún tratado había logrado lo que hoy ha hecho esta pandemia, que los mayores países generadores de CO2 hayan paralizado su actividades y con ello el planeta tenga un respiro”. Y agrega que  el coronavirus, entendiendo que una pandemia no debe ser la forma de proteger el medio ambiente, ha hecho que los presidentes y jefes de estado menos crédulos, paren producciones, en especial las más contaminantes.

Para Andrés Pica, la cifra de fallecidos por esta realidad es abrumadora. Todos los años mueren nueve millones de personas por contaminación, siete millones por el aire, además el impacto del cambio climático sino logramos detener el calentamiento global a menos de 1, grados Celsius, tendrá graves consecuencias para los sistemas naturales y humanos.

Las alternativas para Greenpeace siguen presentes, enfocándose en energías renovables. “Esto supone una oportunidad, no sólo para pensarlo, por los múltiples beneficios que tendrían el disponer de energías limpias, nacional, solar o eólica, sino también de tomar conciencia de cómo le hacemos daño al medio ambiente y de cómo eso puede afectar también nuestra capacidad de hacernos cargo de la pandemia”.

Un tema mucho más de fondo que estas sorprendentes imágenes. De lo contrario, volverán a empañarse de contaminación. Es la respuesta de una naturaleza que se hace presente pero nos recuerda con su belleza la inminente necesidad de ir a su rescate.

 

 

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