Por Javiera Albornoz

A casi sietes meses del inicio de la Pandemia, el COVID-19 sigue revelando sus misterios. Uno de ellos, sus alcances en distintos órganos del cuerpo humano.

 

Para encontrar respuestas, investigadores está cultivando organoides, con el fin de revelar cómo evoluciona y ataca el virus, en un llamativo experimento difundido por la perstiogiosa revista científica Nature . Pero al mismo tiempo, aplican medicamentos en estos tejidos para ver si estas terapias farmacológicas, podría ser efectivas en el tratamiento para pacientes graves.

 

Nicolás Muena, virólogo de la Fundación Ciencia y Vida, nos explica que los organoides o mini órganos son cultivos celulares que representan un órgano. En ellos se puede explorar, por ejemplo, cómo se comportan los virus y cómo se responde frente a esta infección viral.

 

Respecto a esto, el biólogo celular de la Universidad Johannes Gutenberg de Minz, Thomas Efferth detalla a Nature que “la belleza de los organoides es que se parecen a la verdadera morfología de los tejidos”.

 

Con los organoides, se logra demostrar de mejor manera lo que el SARS-CoV-2 le hace al tejido humano. A eso, Muena agrega que es un “punto intermedio entre lo que sería un cultivo celular de un solo tipo – de una célula- que se replica y replica. Esto nos permite conocer más información sin, por ejemplo, tener que sacrificar animales”.

 

Lo que sí, el virólogo advierte que la limitación de su impacto va en que con los organoides no se puede observar y saber las interacciones que hay entre los distintos órganos. “Nos representan solamente como un entorno, un micro ambiente de un órgano en particular”, explica.

 

El SARS-CoV-2 en los órganos

Organoides hechos de células ductales del hígado humano infectadas con SARS-CoV-2 (rojo).

Crédito: Bing Zhao – Publicado en Nature

 

Para que el virus infecte células o tejidos del cuerpo humano, depende también de un receptor. Es decir, que el virus en cuestión encuentre a los receptores necesarios para poder infectar. En el SARS-CoV-2 se conoce y ha sido más estudiado el ACE2. Una vez que el virus interactúa con los receptores, introduce su ARN y se replica y crea miles de copias que van infectando a otras células del cuerpo.

 

Este receptor está presente en el pulmón, el hígado, corazón y el sistema nervioso central, según explica Nicolás Muena. Añade que la pregunta actual es cómo, tras ingresar al sistema respiratorio, el virus se replica en otros y “salta” a otros órganos.

 

“Una de las hipótesis más comentadas y más validadas por el momento, es la tormenta de citocinas  (o citoquinas), que genera una inflamación tan grande, que el sistema inmune sobrereacciona contra las células infectadas y terminan siendo dañadas. Entonces de alguna forma, termina afectando las barreras de los órganos”, detalla Muena.

 

Según otra indagación científica publicada en la revista Cell, en la que también se utilizaron mini órganos, se concluyó que el SARS-CoV-2 puede infectar el endotelio, que son las células que recubren los vasos sanguíneos. Tras esto, pueden filtrarse a la sangre y circular por el cuerpo. De esta manera, se “transportaría” por otros como el riñón. Aunque los investigadores no tienen certeza que esto sea la causa directa de la disfunción renal que sufren algunos pacientes.

 

Nature añade más información. El virus infecta y mata células que contribuyen a la producción de bilis. De esta manera, señalan que “puede atacar directamente el tejido hepático, provocando en consecuencia un posible daño hepático”.

 

Finalmente, estas investigaciones también estudian en estos mini órganos cómo el cuerpo reacciona frente a los medicamentos que se utilizan para tratar el COVID-19 y desarrollarlos para ayudar a las miles de personas en el mundo que actualmente lo padecen.

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