El baño puede ser un foco de infección de COVID-19 - (02:14)
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Tatuarse viene con unos cuantos riesgos. No estamos hablando sólo de arrepentirse de dejar para siempre en tu piel el nombre de tu ex. También existen pequeñas probabilidades de desarrollar reacciones alérgicas, infecciones, e incluso (en el peor de los casos) cáncer. 

Por suerte, la sordera, lesiones a los pulmones e inflamaciones oculares no son preocupaciones habituales para quienes se tatúan. Sin embargo, especialistas del Hospital de la Universidad de Fukuoka, Japón, descubrieron estos síntomas en un paciente de 35 años vinculados a un reciente tatuaje. 

Los tatuajes fue en lo que menos pensó este sujeto, cuando se presentó al Departamento de Oftalmología para afirmar que estaba viendo mal desde hace ya cuatro meses. 

Los médicos lo diagnosticaron con una condición inflamatoria llamada uveítis, la cual afecta a la capa media del ojo (llamada úvea). 

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Sin signos de un trauma o infección que pudieran causar la condición, los especialistas médicos sospechaban que las acumulaciones de células inflamatorias, llamadas granulomas, podría ser la causa del color rojo. 

La condición en sí se llama sarcoidosis. Aunque está asociada con respuestas inmunes, su gatillante no siempre es obvio. 

Poco después de recibir un tratamiento contra sarcoidosis, el hombre desarrolló un nuevo síntoma: la pérdida de audición en ambos oídos. 

A pesar de no ser tan común, un rápido vistazo a la literatura reveló que, en casos en que los granulomas se acumulan alrededor de los nervios del cráneo, causan pérdida de la audición. 

Afortunadamente, en un par de semanas los corticoides solucionaron el problema, reduciendo la inflamación ocular y devolviéndole la audición al hombre. 

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Con respecto a la causa, mientras los doctores investigaban sus síntomas, descubrieron un tatuaje que el hombre se había hecho en su espalda seis meses antes. 

Descubrieron signos de granulomas en erupciones cutáneas al interior de las líneas de tinta del tatuaje. No es poco frecuente descubrir estas lesiones indoloras como una reacción alérgica a ciertos metales encontrados en tintas, especialmente meses después de la sesión. 

Por lo que, la próxima vez que pienses en tatuarte, piénsalo dos veces. Podrías ser una de esas personas hipersensibles a la tinta, y desarrollar un síndrome inflamatorio. 

Este caso fue reportado en la revista BMJ Case Reports

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