“El mundo es de los microbios. Están aquí desde hace más de 3.700 millones de años y han tenido tiempo para colonizar el planeta”, afirma Martin Blaser, director del Centro para la Biotecnología y la Medicina Avanzada de la Universidad de Rutgers para El País.

“Si se juntasen todas las células microbianas que habitan el océano, igualarían el peso de 240 mil elefantes africanos“, agrega.

El experto ha dedicado décadas completas al estudio de estos diminutos seres, de los cuales todos albergamos casi kilo y medio en nuestro interior, sin los cuales no podríamos existir.

Desde que Louis Pasteur demostró que gran parte de las enfermedades tienen su origen en patógenos microscópicos, virus y bacterias se convirtieron en enemigos de la medicina tradicional.

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Esto se agudizó en la primera mitad del siglo XX con la aparición de los primeros antibióticos. Miles de enfermedades antes incurables se volvieron fáciles de controlar, gracias al descubrimiento de medicamentos como la penicilina.

Sin embargo, Blaser en su último libro “SOS microbios” abre el debate, afirmando que estos milagrosos remedios no vinieron de forma gratuita.

De la misma forma en que el petróleo trajo prosperidad a la humanidad, pero también los riesgos del cambio climático, los antibióticos alteraron el ecosistema de las bacterias, creando especímenes inmunes a todo tratamiento.

De la misma forma, Blaser establece una estrecha relación entre la obesidad y la desaparición de los microbiomas; apuntando que en experimentos con ratones aquellos que tenían una alimentación desbalanceada subían de peso al igual que sus pares que consumían antibióticos.

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Esto se explicaría debido a que la alteración de la flora bacteriana natural de los seres vivos puede traer consecuencias para el correcto aprovechamiento de los nutrientes de los alimentos.

Blaser, por otra parte, afirma que los antibióticos no son estrictamente innecesarios, pero que estos se han explotado de tal forma que han logrado afectar nuestros microbiomas. Lo cual gatillaría problemas tales como que el 80% de los niños en países en vías de desarrollo tengan obesidad o sobrepeso.

De la misma forma el experto advierte que acciones como las cesarias, la leche en formula y el consumo excesivo de antibiótico puede traer graves consecuencias para el futuro de la humanidad.

“Preveo principalmente dos problemas muy serios. El primero es la expansión de enfermedades que ya estamos viendo crecer. Más obesidad, más asma, más alergias alimentarias, más autismo, más intestino irritable, más enfermedades del esófago“, concluye Blaser.

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