Olas de calor simultáneas han chamuscado una gran cantidad de terrenos en el hemisferio norte el verano pasado, matando a cientos y hospitalizando a miles mientras intensificaba mortales y destructivos incendios forestales.

Un nuevo estudio publicado en la revista Earth’s Future concluyó que esta epidemia de olas de calor “no hubiera ocurrido sin la intervención humana en el cambio climático”.

¿Cuál es la parte alarmante? Hay señales de que este verano habrán olas de calor sin precedentes; tal vez indicando que estas temperaturas se transformarán en la nueva norma.

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En los últimos días un calor abrasador y anormal ha afectado a muchas regiones del hemisferio norte, incluyendo ciudades pobladas.

Nueva Dehli, la capital de India, llego a los 48°C este lunes 10, la temperatura más alta registrada en junio. En algunas partes de India los termómetros llegaron a marcar 50°C, registro no muy lejano de la temperatura más alta registrada en ese país.

El calor se extiende a partes del norte donde antes no lo hacia, llegando incluso a los sectores más fríos de la Península Escandinava. Mika Rantanen, meteorólogo de la Universidad de Helsinki, twiteó que “No hay casos conocidos en la historia climática de Finlandia donde hiciera tanto calor a comienzos del verano“.

Además, agregó para The Washington Post, que temperaturas sobre los 30°C han penetrado en el círculo ártico.

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Una ola de calor en Japón a finales de mayo marcó récords en los números, incluyendo la temperatura más alta jamás registrada en ese mes; 39.5°C. Las condiciones provocaron la muerte de 5 personas y la hospitalización de cerca de 600.

Mientras algunos científicos dudan en atribuir estas temperaturas al cambio climático, Daniel Swain, meteorólogo de la Universidad de California en Los Angeles, twiteó que su investigación sugiere que “alcanzamos el punto donde una mayoría (o al menos una amplia mayoría) de eventos globales de calor extremo tienen una detectable influencia humana“.

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