Tras la firma oficial del Acuerdo de Producción Limpia (APL) que busca implementar una eco etiqueta que informe sobre la reciclabilidad y los materiales que componen los envases y embalajes de los productos de consumo masivo incluidos en la Ley REP, finalmente fueron 29 empresas las que decidieron sumarse a este acuerdo que busca dos objetivos principales: incidir en la preferencia de compra de los consumidores hacia envases reciclables, y contribuir a incrementar sus tasas de reciclaje.

Tras suscribir el acuerdo, estas compañías se comprometen con las metas y acciones establecidas en el APL, entre ellas someterse a una evaluación para la obtención del sello e implementarlos en sus envases, con el fin de evaluar su aplicación a modo de proyecto piloto durante dos años. Esto permitirá detectar las principales fortalezas y desafíos de la incorporación de esta eco etiqueta, tanto desde el punto de vista de los consumidores como de la industria, de cara a la entrada en vigencia de las obligaciones de la Ley REP para el sector de envases y embalajes.

“Que 29 empresas se hayan adherido a esta iniciativa es una excelente señal de que vamos por buen camino, que la ecoetiqueta es un desafío importante para las empresas, que la colaboración público-privada es la forma correcta de desarrollar este tipo de proyectos, y que las empresas están dispuestas a comprometerse con las metas propuestas”, dice Gonzalo Russi, secretario ejecutivo del Comité de Evolución Empresarial de Sofofa.

El Acuerdo de Producción Limpia había sido firmado en diciembre pasado por Sofofa, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), la Asociación de Consumidores Sustentables de Chile (AdC Circular), el Sernac y la Superintendencia del Medio Ambiente, momento en que se abrió un plazo de dos meses para la incorporación de las empresas a la fase de implementación del APL.

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En una etapa inicial se habían incorporado 16 empresas al trabajo previo del acuerdo, y durante enero y febrero se sumaron otras para totalizar 29, muchas de ellas grandes compañías del retail y de la industria de alimentos y bebidas que buscan preparar y acelerar la transición hacia la implementación de la Ley REP y la economía circular.

Las empresas que finalmente adhirieron al APL son Agrosuper, Beiersdorf, Capel, Carozzi, Casa Ideas, CCU, Cencosud, Cervecerías Chile, Coca-Cola, Colmenares San Cristobal, Concha y Toro, Davis, Gourmet, Iansa, ICB, L’Oreal, Natura, Nestlé, Procter & Gamble, Rhein/Argos, SMU, Softys, Tottus, Tresmontes Lucchetti, Tucapel, Unilever, Virutex/Ilko, Walmart y Watt’s.

“Todas las acciones que busquen entregar más y mejor información siempre contarán con nuestro apoyo. En Coca-Cola todas las botellas son 100% reciclables y tenemos un compromiso global de recuperar todos los empaques que comercializamos. Por lo mismo, tener la información disponible en nuestros envases significa un paso muy importante en el camino sustentable que, como compañía, nos hemos trazado”, afirma Paola Calorio, directora de Comunicaciones, Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Coca-Cola Chile, tras la decisión de suscribir el acuerdo.

Aplicación del sello

Ahora, tras la firma del acuerdo por parte de las empresas, a partir de marzo el APL de eco etiquetado comenzará su fase de implementación, entendida como un piloto de aprendizaje entre empresas, consumidores y sector público, el que se extenderá por dos años.

El sello o eco etiqueta tiene como objetivo de destacar los envases y embalajes que cumplen estándares ya fijados y que son altamente reciclables hoy en Chile. Para obtenerlo, las empresas deberán someter sus productos a una metodología que considera estándares altos -fijados en el trabajo previo del APL- bajo tres variables: reciclabilidad, separabilidad y demanda para su reciclabilidad o valorización (que exista capacidad de valorización de reciclaje en Chile).

Además, para la entrega de la eco etiqueta se creó la figura de un Comité Validador que certificará y acreditará a organismos certificadores del sello, y definirá los requisitos de certificación de los envases y embalajes junto con el proceso de medición de los criterios establecidos.

¿Cómo se aplicará este sello en los envases y embalajes? Una primera etiqueta irá en la parte frontal de estos, indicando que se trata de un envase “altamente reciclable”. A esto se sumará una segunda etiqueta que irá en la parte posterior del envase o embalaje, que indicará a los consumidores cuáles son los componentes del envase, su materialidad y cómo reciclarlos. Si hay que separar, lavar, secar, etc.

“Las empresas adheridas se están comprometiendo a evaluar un mínimo de 5 productos bajo la metodología que proponemos. Si aprueban podrán implementar los sellos en sus envases y embalajes, por lo que esperamos que dentro del primer semestre de este año ya podamos empezar a encontrar productos en el mercado con los sellos que estamos proponiendo. A su vez, en conjunto con las empresas, realizaremos una campaña para dar a conocer la eco-etiqueta, buscando que sea reconocida por los consumidores”, explica Gonzalo Russi, de Sofofa.

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Esto ayudará a que los consumidores dispongan de más y mejor información relacionada al reciclaje de los envases y embalajes al momento de la compra. “Creemos que los consumidores también tenemos una responsabilidad fundamental en promover la economía circular, tanto a través de nuestras decisiones de compra (prefiriendo productos que la promuevan), como modificando nuestros hábitos de consumo y de post consumo, permitiendo que se desarrolle la industria del reciclaje en Chile”, agrega Russi.

Impulso a la economía circular

La implementación de esta eco etiqueta en envases de consumo masivo, y en al menos 145 productos -considerando al menos 5 por cada empresa- busca no solo preparar el camino para la implementación de las exigencias de la Ley REP en envases y embalajes a partir del año 2022, sino también ayudar a iniciativas como el Pacto Chileno de los Plásticos y la incorporación de la economía circular en las empresas.

“Este Acuerdo de Producción Limpia es muy relevante para impulsar la economía circular en el país, porque entregará a los consumidores información clara y simple sobre la reciclabilidad de los envases y embalajes que existen en el mercado, lo que incidirá en su decisión de compra y, esperamos, los impulsará a reciclar. Además, creemos que las empresas harán esfuerzos adicionales por mejorar el diseño de sus productos, convirtiéndolos en más reciclables, para poder postular a esta distinción”, afirma Guillermo González, jefe de la Oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente.

Al mismo tiempo, permitirá que los aprendizajes de este piloto sean incorporados en potenciales regulaciones futuras, como podría ser la exigencia de incorporar una eco etiqueta a toda la industria de envases y embalajes.

“Si bien este es un proyecto piloto, dado el número y tamaño de empresas que adhirieron alcanzará gran masividad, lo que nos permitirá recopilar experiencia e información para aplicar un sello todavía más masivo, que esté establecido por la vía regulatoria, y que incorpore desde un inicio las mejoras de los aprendizajes de esta iniciativa”, agrega González.

Para Giovanni Calderón, director ejecutivo de la ASCC, la adhesión lograda por el APL, “demuestra el compromiso de las empresas chilenas por lograr un desarrollo sustentable, que permita al país seguir siendo competitivo sin comprometer su riqueza ambiental. La economía circular es el camino necesario para lograr los objetivos de desarrollo sustentable y Chile, gracias a esta iniciativa, se está convirtiendo en uno de los países latinoamericanos líderes en esta materia”.

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Una visión con la que coincide Gonzalo Russi, para quien “todos estamos llamados a aportar desde nuestra realidad para promover la economía circular en Chile. Sin duda que el trabajo de las empresas es muy importante, tanto las grandes como las pequeñas, ya que son ellas quienes disponen productos en el mercado. Así, mientras más empresas ofrezcan más productos que promuevan la economía circular, mejor para el objetivo común. En este sentido, esta iniciativa es un claro ejemplo de que a poco las empresas van tomando más conciencia y se van sintonizando con estas temáticas”.

Para Giovanni Calderón, uno de los mayores desafíos para la implementación de la Ley REP es crear una mirada común sobre la producción y consumo sostenible. Esto requiere, dice, tanto de empresas que innoven en productos con menores impactos ambientales, como por ejemplo productos que posean envases más reciclables, como también de consumidores que prefieran dichos productos.

“En consecuencia, conectar ambos mundos es parte esencial para avanzar y lograr alcanzar las metas que propone la ley, con especial énfasis en el aumento en las tasas de recuperación y valorización de residuos. Mediante la ecoetiqueta se pretende cerrar la brecha de información entre productores y consumidores relativa a la sustentabilidad de productos y servicios, a fin de incidir en las decisiones de compra de los consumidores e incentivar el manejo adecuado de los residuos generados posconsumo”, afirma.

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En ese sentido, dice Calderón, los Acuerdos de Producción Limpia han demostrado que el trabajo conjunto, basado en la colaboración y confianza entre las empresas y el Estado, es el mejor camino para desarrollar innovaciones, aumentar el uso de tecnologías limpias y lograr procesos productivos más eficientes.

“Si bien la adhesión al APL es voluntaria -agrega-, la iniciativa está dirigida a todas aquellas empresas que según la Ley REP son consideradas como productores prioritarios de envases y embalajes, y, en consecuencia, están obligadas a organizar y financiar la gestión de los residuos derivados de sus productos. En este contexto, la eco-etiqueta puede constituir una herramienta relevante para asegurar la recolección y valorización de los materiales que ponen en el mercado”.

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