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(CNN)Camille Seaman no necesitó el informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para saber que la Tierra se está calentando a un ritmo vertiginoso: Lo ha visto con sus propios ojos.

La fotógrafa lleva visitando la Antártida de forma intermitente desde 2004, trabajando en barcos de expedición de empresas como National Geographic. Solo en los últimos años, ha sido testigo de un cambio notable en el continente.

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Lo que he visto desde 2016 hasta ahora, es como un lugar totalmente diferente“, dijo. Seaman menciona a las algas de la nieve que ha fotografiado, las cuales a menudo tiñen la nieve de rosa y a veces de verde.

“Nunca había visto un florecimiento en los glaciares antes de marzo. Y ahora aparecen en enero y diciembre. Eso es como tres meses antes (…) Hay lugares donde nunca, nunca había visto el suelo. Siempre estuvo cubierto de nieve y ahora es solo lodo y rocas”, añadió.

El 2020, la Antártida registró una temperatura de 18,3 °C. Petteri Taalas, miembro de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), dijo que este récord es “consistente con el cambio climático observado” y señaló que la península antártica está entre las regiones de más rápido calentamiento del mundo.

Crédito: Camille Seaman

La OMM afirma que las temperaturas en la península han aumentado casi 3°C en los últimos 50 años. Esto ha provocado un aumento del deshielo, que eleva el nivel global del mar y amenaza a las ciudades costeras de todo el planeta.

Es uno de los muchos problemas enumerados en el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)de la ONU. Los científicos afirman que el planeta se está calentando más rápido de lo que se pensaba.

El preocupante informe señaló, además, que se está cerrando rápidamente el plazo para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y evitar resultados catastróficos. El derretimiento de las regiones polares está teniendo un efecto preocupante en la fauna y flora de esta zona.

Las colonias de pingüinos de barbijo en algunas zonas de la Antártida han disminuido más del 75% en el último medio siglo, según investigadores independientes que se unieron a una expedición de Greenpeace antes de la pandemia.

Crédito: Camille Seaman

Los expertos creen que el cambio climático tiene gran parte de la culpa, ya que la disminución del hielo marino y el calentamiento de los océanos han reducido el krill del que dependen muchos de los pingüinos para alimentarse.

Las temperaturas más altas también pueden ser difíciles para los pingüinos de clima frío, especialmente los polluelos, añadió Seaman. Recuerda haber estado en la isla Paulet de la Antártida cuando había unos 15 °C el año pasado. Fotografió a una cría de pingüino Adelia con la lengua fuera para refrescarse.

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Seaman, que lleva años documentando las regiones polares, encontró el informe de la ONU de esta semana “muy preocupante, pero no sorprendente“. Al igual que la joven activista climática Greta Thunberg, está frustrada por la inacción que ha visto en todo el mundo para reducir las emisiones de carbono.

“El informe de esta semana es devastador, pero puede ser la patada que muchos de nosotros necesitamos para levantarnos y hacer lo que tenemos que hacer individualmente“, dijo. Seaman está incluso empezando a cuestionar sus propios viajes a la Antártida y si puede hacer algo más para marcar la diferencia.

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