Desastre en las costas: Insólita varazón de pulpos blancos (02:36)
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(CNN) – El cáncer debería ser una certeza cercana para las ballenas, los mamíferos más grandes y longevos que existen, pero los científicos están descubriendo que los cetáceos son excelentes para protegerse contra la enfermedad mortal.

¿Cómo lo hacen? Todo podría reducirse a buenos genes. “Las probabilidades de desarrollar cáncer aumentan con la longevidad y la masa corporal”, explicó la autora principal del estudio, Daniela Tejada-Martínez, investigadora postdoctoral de la Universidad Thomas Jefferson en Filadelfia.

Tener más células significa tener una mayor probabilidad de que algunas de ellas desarrollen mutaciones peligrosas a medida que crecen y se dividen a lo largo de su ciclo de vida.

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“Paradójicamente, las especies grandes y/o longevas tienen menor riesgo de cáncer. Sin embargo, los mecanismos de los cetáceos contra el cáncer y el envejecimiento siguen siendo un misterio”, dijo Tejada-Martínez.

Su investigación, dirigida a resolver ese misterio, sugiere que los cetáceos podrían haber desarrollado “mecanismos adicionales” para protegerse contra enfermedades como el cáncer.

Tejada-Martínez se centró en este trabajo como parte de su tesis doctoral en la Universidad Austral de Chile. Allí, combinó su amor por las ballenas, sus animales favoritos desde la infancia, con sus intereses de investigación.

Los cetáceos son un modelo asombroso para la investigación del envejecimiento y la resistencia a las enfermedades, ya que son los mamíferos más longevos. Algunos cetáceos, como la ballena de Groenlandia, pueden vivir más de 200 años”, dijo a CNN por correo electrónico.

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Base genética de la resistencia a enfermedades

Específicamente, el estudio investiga la evolución de genes supresores de tumores, o TSG, en el antepasado de los cetáceos, así como en dos linajes principales: ballenas barbadas (como las ballenas de Groenlandia) y ballenas dentadas (como orcas, belugas, delfines y marsopas)

Los genes supresores de tumores, explicó Tejada-Martínez, se consideran entre las respuestas anticancerígenas más importantes del cuerpo y están involucrados en cientos de funciones biológicas, incluida la reparación del daño del ADN, la detención del ciclo celular y la apoptosis (muerte celular), “el cáncer ocurre precisamente cuando los TSG no funcionan correctamente”.

Los científicos han identificado más de mil genes supresores de tumores en humanos, y compartimos el 99% de ellos con las ballenas, explicó Tejada-Martínez por correo electrónico.

El estudio muestra que a lo largo de la evolución de los cetáceos, se seleccionaron positivamente los genes implicados en el control de la aparición y progresión del cáncer. También encontró que los cetáceos tienen una tasa de renovación de genes supresores de tumores 2,4 veces más rápida que otros mamíferos.

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La alta tasa de rotación, según la investigación, está asociada con duplicaciones de genes. De los 71 genes con duplicaciones identificados en los cetáceos durante el estudio, 11 están asociados con la longevidad y el proceso de envejecimiento.

El estudio publicado en la revista  The Royal Society e indica que la variación molecular observada en los cetáceos (la tasa de renovación genética más rápida, los genes con selección positiva y las duplicaciones de genes) podría proporcionar una protección adicional contra el daño molecular que puede causar cáncer.

Esto incluso podría ser responsable de la mayor esperanza de vida y los tamaños más grandes de cetáceos como las ballenas barbadas, un hallazgo que ella pensó que era muy sorprendente.

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