Un equipo de científicos de la Universidad de Nagoya en Japón ha desentrañado un misterio fundamental en la reproducción de las plantas con flores, también conocidas como angiospermas. Utilizando una técnica microscópica innovadora, han observado por primera vez cómo las plantas femeninas atraen selectivamente a un único tubo polínico masculino para la fertilización. Estos hallazgos, publicados en la revista EMBO Reports, podrían revolucionar la producción de semillas y mejorar las prácticas agrícolas.

Las plantas con flores poseen órganos reproductivos masculinos y femeninos. Durante el proceso reproductivo, un grano de polen que contiene gametos masculinos aterriza en el estigma de una flor femenina y forma un tubo polínico. Este tubo se extiende a través del estilo hasta el ovario, permitiendo que las células espermáticas alcancen y fertilicen el óvulo.

Para estudiar este proceso, los investigadores desarrollaron una técnica única usando un microscopio de dos fotones. Yoko Mizuta, autora principal del estudio, comparó el esfuerzo de tres años a un arduo viaje. “Implicó técnicas delicadas de manejo de muestras y la optimización de condiciones, como las longitudes de onda de excitación, para lograr una imagen profunda de las flores”, aseguró para EurekAlert

Gracias a esta técnica, el equipo pudo observar en detalle la elongación de múltiples tubos polínicos dentro de un pistilo vivo y su atracción específica hacia el tejido femenino. Descubrieron una señal emitida por el tejido materno que guía los tubos polínicos hacia el sitio de fertilización, asegurando que cada óvulo sea fertilizado por un único tubo polínico.

Además, los investigadores identificaron una señal de repulsión que se activa una vez que un tubo polínico ha sido atraído. Esta señal previene que otros tubos polínicos se dirijan al mismo óvulo, redirigiéndolos hacia otros óvulos no fertilizados. “Encuentro el sistema de repulsión fascinante. Es interesante que todos los acoplamientos involucren este mecanismo de atracción y repulsión”, agregó Mizuta.

El análisis detallado del equipo reveló un mecanismo regulador complejo que involucra múltiples tipos de células en ambas plantas, masculinas y femeninas. Esta regulación precisa es crucial para asegurar la fertilización exitosa y la producción eficiente de semillas, especialmente en condiciones ambientales adversas.

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