Los bosques de macroalgas son ecosistemas costeros formados por algas pardas, y en menor volumen o como parte del sotobosque, algas rojas y verdes. Pueden llegar a extenderse por hectáreas, y tener una altura aproximada de 30 metros. Se distribuyen en profundidades que van desde los pocos metros bajo el agua, hasta los 200 metros de profundidad dependiendo de las especies.

Se trata de uno de los ecosistemas más productivos y dinámicos del océano. Proporcionan alimentación, hábitat y refugio a diversos invertebrados, peces y organismos marinos. Incluso, son fuente de alimento para los humanos, y son utilizados para productos de la industria cosmética y farmacéutica.

Según destacó un informe del Banco Mundial, cerca de un tercio de la superficie de macroalgas costeras se encuentra en Chile, y a pesar de no ser tan conocidas, son sumamente importantes para enfrentar el calentamiento global.

“Al igual que los bosques terrestres, los ecosistemas marinos capturan CO2 mediante la fotosíntesis, contribuyendo a la mitigación del cambio climático”, aseguró Gabriela Encanada, especialista en Medio Ambiente, Recursos Naturales y Economía Azul del Banco mundial.

En el documento se destaca la velocidad en que estas plantas crecen, logrando capturar cerca de 265 mil toneladas de carbono al año, y donde la ciencia estima que su aporte es tal, que ha sido denominado como “carbono azul”.

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Se trata de lugares rodeados de cochayuyos, lugas, pelillos y huiros, que forman praderas o bosques. “Los bosques submarinos del país podrían capturar tanto dióxido de carbono, que tienen el potencial de ayudar a financiar la protección y gestión sustentable del mar, a través de la venta de créditos de carbono“, declaró Encanada.

La especialista, también enfatizó que protegiendo las macroalgas se estarían resguardando los medios de subsistencia de las comunidades costeras y a peces, chungos, jaibas, langostas, erizos y mariscos de los que dependemos.

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Debido a la importancia de estos ecosistemas, el Banco Mundial declaró que Chile debe avanzar en el manejo sustentable de estas macroalgas y combatir la extracción ilegal y el barreteo (donde se saca el alga completa sin permitir que esta vuelva a crecer).

Una de las recomendaciones del texto apunta a mejorar la información disponible sobre estas fuentes de carbono azul, realizando un catastro general y un balance periódico del CO2 potencialmente capturado.

Por otro lado, sugiere desarrollar planes pilotos que reduzcan la incertidumbre y demuestren los beneficios sobre este tipo de proyectos, para así poder tener acceso a fuentes de financiamiento internacional.

Protección y fiscalización

La profesora de la Facultad de Ciencias de la Vida en la Universidad Andrés Bello, Loretto Contreras, explica a Desafío Tierra que los bosques de macroalgas sustentan los ecosistemas marinos, ya que son la base de las cadenas tróficas. “Estos bosques entregan diversos servicios ecosistémicos a los humanos, como por ejemplo, disminuir la fuerza de los oleajes que llegan a las zonas costeras donde muchas personas viven”.

El secuestro de carbono por organismos fotosintéticos como los bosques de macroalgas mitigan las emisiones de CO2 y cambio climático. Las estimaciones actuales informan que los productores primarios marinos son responsables de al menos, el 50% de la fijación global de carbono. “Particularmente, los bosques de macroalgas contribuyen en un 1,5 Pg C por año a la producción primaria neta”.

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Sobre las medidas para avanzar en la protección de estas zonas, la también presidenta de la Sociedad Chilena de Ficología (SOCHIFICO), comenta que se debiesen ser diversas como el repoblamiento y disminución del impacto antropogénico.

Sin embargo, considera que uno de los principales problemas que tiene nuestro país es la extracción que ocurre por parte de grandes bancos de praderas naturales con fines comerciales. “Ciertamente esta es una actividad que requiere mayor fiscalización por parte del Estado de Chile; no solo a través de Sernapesca sino también, por ejemplo, a través de diversos ministerios como el de Medio Ambiente”, declara Contreras.

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