191 kilotoneladas de Material Particulado Grueso (PM10) y 173 kilotoneladas de Material Particulado Fino (PM2.5) se estima que genera el país en promedio al año, contaminantes atmosféricos que corresponden a aquellas partículas líquidas o sólidas que se encuentran en suspensión en el aire y que tienen un importante impacto en la salud de la población.

Así lo plantea un estudio desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Chile, Universidad Federico Santa María y del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 publicado en la revista Earth System Science Data, un trabajo que busca aportar al desarrollo de políticas orientadas a resguardar la salud de la población y mitigar el cambio climático.

La estimación del Material Particulado que genera el país es solo uno de los indicadores de esta investigación que presenta un mapa nacional de las emisiones para distintos tipos de gases contaminantes. “Lo que buscamos con este trabajo es tener una consistencia entre los indicadores de Gases de Efecto Invernadero y los contaminantes de calidad del aire, donde está el carbono negro, que juega un rol tanto en la calidad del aire como en el cambio climático, al igual que el ozono. El objetivo es que esto sea una herramienta a partir de la cual se puedan desarrollar políticas públicas (…)”, señaló en un comunicado Nicolás Huneeus, co-autor y académico del Departamento de Geofísica U. de Chile.

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El inventario no solo presenta información actualizada de las emisiones nocivas para la salud y de los denominados Gases de Efecto Invernadero, también los distribuye territorialmente con una alta resolución, de 1 kilómetro por 1 kilómetro, de acuerdo a la actividad humana que los produce: sector residencial, vehicular, energético, industrial o minero.

En términos globales, la investigación permitió determinar que el sector residencial es responsable de más del 90% de las emisiones de Material Particulado, tanto grueso (PM10) como fino (PM2,5), así como del 81% del monóxido de carbono (CO) y del 87% del total de de los Compuestos Orgánicos Volátiles (VOC). En este último grupo de gases se encuentra el metano (CH4), compuesto asociado a la destrucción de la capa de ozono y al cambio climático.

Por otro lado, los sectores de energía e industria contribuyen significativamente a las emisiones de amoníaco (NH3), dióxido de azufre (SO2) y dióxido de carbono (CO2), mientras que el sector transporte domina las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y CO2, y el sector minero es el que más genera SO2.

Gases nocivos para la salud

Una de las emisiones con mayor impacto en la salud de la población es el Material Particulado fino (PM2.5), que penetra a lo largo de todo el sistema respiratorio hasta los pulmones, produciendo irritaciones e incidiendo en diversas enfermedades. Este tipo de contaminantes es generado mayoritariamente en el centro y sur de Chile, principalmente por el sector residencial en ambos casos, y es uno de los grandes contribuyentes a la mala calidad del aire en estos territorios. El consumo de leña en núcleos urbanos es el principal problema en este ámbito, sobre todo en la Macrozona Sur.

En la Región Metropolitana, en tanto, donde reside más del 40% de la población del país, si bien la quema de leña para calefacción y cocina está prohibida, sigue siendo la principal fuente de PM2.5 debido a su uso en la periferia. Sin embargo, a diferencia de las ciudades del sur, se observan aportes significativos de otras fuentes.

Dentro del área metropolitana de Santiago el sector que más contamina es transporte, que representa el 22% del total de emisiones PM2.5 y casi el 90% de los óxidos de nitrógeno (NOx), gases asociados a la quema de combustible y a la generación de smog. Estos últimos, que dominan en Chile central debido a la mayor población, centros urbanos y tráfico vehicular, no solo tienen consecuencias para la salud, también contribuyen al calentamiento global y pueden provocar lluvia ácida.

En la Macrozona Norte, las emisiones de PM2.5 provienen principalmente de los sectores energía e industria, y predominan en zonas urbanas como la comuna de Mejillones, que concentra más del 20% de todas las emisiones PM2.5 de esta área. El 99% del PM2.5 de esta ciudad, en específico, proviene de las centrales termoeléctricas. El dióxido de azufre (SO2), por otra parte, tiene una mayor presencia en la zona norte del país, en consonancia con una mayor participación de la actividad minera, especialmente las fundiciones.

Gases de Efecto Invernadero

Las principales emisiones determinantes del cambio climático son el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), y los óxidos nitrosos (N2O). A este grupo, los investigadores agregan el carbono negro, conocido de manera coloquial como “hollín”, que pese a no ser un gas también es un forzante del cambio climatico. El primero de estos gases, no obstante, es el más importante, ya que pesa cerca de un 90% de todo el impacto del cambio climático, comenta el investigador de la Universidad Federico Santa María, Mauricio Osses.

En relación al CO2, el balance nacional de producción nacional estimada al año llega a las 85.402 kilotoneladas, cifra de la cual se puede calcular una producción cercana a las 5 toneladas de CO2 per capita al año, lo que nos sitúa como uno de los países de Latinoamérica que más contribuye al cambio climático respecto a su volumen de población. Las emisiones de CO2 en Chile se distribuyen principalmente en el norte y centro del país, particularmente donde abundan las centrales termoeléctricas, que aportan 33.911 kilotoneladas de este gas al año. Le siguen los sectores transporte e industrial, con 22.770 y 13.804 kilotoneladas al año, respectivamente.

Nicolás Alamos, economista de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, afirma que los índices de CO2 identificados en este estudio son consistentes con las cifras reportadas por el país. “El principal aporte en este ámbito es su utilidad a nivel de políticas públicas. Es muy diferente tener totales nacionales o regionales a este nivel de espacialización que nosotros hemos desarrollado, distinguiendo también a los sectores que contribuyen a estas emisiones (…)”, señaló.

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“Lo que estamos haciendo es complementar y expandir la información que tiene el Ministerio del Medio Ambiente, que está obligado a contar con inventarios nacionales de gases de efecto invernadero desde que Chile es parte de la OCDE. Y como tiene que reportarlo a nivel nacional, no se había desarrollado con este nivel de detalle, ese es el valor que estamos tratando de entregar acá, que permite saber incluso a nivel comunal o en un barrio a qué nivel de contaminación está expuesta la población y de dónde viene”, agregó Osses.

El equipo de investigadores actualmente está perfeccionando el inventario en diálogo con autoridades para fortalecer las bases y los instrumentos utilizados. A futuro, adelanta el académico de la Universidad de Chile, Nicolás Huneeus, “queremos aplicar estas emisiones a modelos numéricos para ver cómo se mueve la contaminación en el aire y cuáles son las zonas que se ven más afectadas (…)”.

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