(CNN) – Mientras Rusia reanudó su suministro de gas natural a Alemania después de semanas de lo que llamó “mantenimiento” de su gasoducto Nord Stream 1, los líderes de Berlín dieron un suspiro de alivio. Un día antes, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, decidió aplazar la declaración de una emergencia climática, que podría haber desatado una ola de recursos para luchar contra la crisis, a pesar de que sus oponentes torpedearan sus planes.
Al mismo tiempo, Europa está devorando más ampliamente enormes cantidades de gas natural licuado, un combustible fósil dañino, importado de los Estados Unidos y otros aliados para moderar su dependencia de la energía rusa. Europa también está volviendo al carbón, el más cargado de carbono de los combustibles fósiles.
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Todo esto mientras el hemisferio norte sofoca a través de un verano de calor extremo. Más de 100 millones de estadounidenses están bajo alertas de calor a medida que una ola de calor se extiende cada vez más lejos. Se ven obligados a quedarse en casa o a buscar lugares con aire acondicionado hasta que pase el calor. Alemania ha tenido su día más caluroso del año. Grecia está literalmente apagando incendios alrededor de su capital.
Sin embargo, Alemania y los Países Bajos están aumentando su uso de carbón. La compañía estatal de energía de Grecia dijo la semana pasada que retrasaría su salida de carbón de uno a dos años más. Incluso Austria, que dejó de usar carbón para la energía en 2020, se está preparando para reabrir una planta con bolas de polilla en caso de emergencia de invierno.
Los bomberos intentan controlar un incendio forestal en Louchats, Francia, el 17 de julio.
Los países comprometidos con la lucha contra el cambio climático están siendo acorralados para que el tema pasen a un segundo plano a medida que la guerra de Rusia exacerba una crisis energética mundial y una crisis del costo de vida.
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E irónicamente, la crisis climática está empeorando la escasez de energía en un círculo vicioso. El calor extremo está haciendo que algunas centrales eléctricas se abrochen, lo que obliga a apagones, incluso en hogares que dependen del aire acondicionado para mantener las temperaturas tolerables.
Casi todo el mundo en el hemisferio norte está hablando de acondicionadores de aire. Los que los tienen los están subiendo. Muchos de los que no están pensando en comprarlos. Eso requiere más energía, generalmente de la quema de combustibles fósiles, por lo que el ciclo continúa.
Pero hay una realidad en qué fuentes de energía están disponibles aquí y ahora. La lenta acción en la transición ecológica en el pasado significa que simplemente no hay suficientes energías renovables para una solución rápida.
“Vamos a tener que tragarnos algunas opciones incómodas a corto plazo para superar este invierno“, dijo Tara Connolly, activista sénior de gas de la ONG Global Witness.
La paradoja climática de Europa
En Europa, donde las temperaturas abrasadoras batieron récords en el Reino Unido y dejaron a cientos de millones sofocantes en el continente, la ola de calor de esta semana ha expuesto deficiencias en lo preparados que están algunos países para un clima extremo.
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“La ola de calor actual debería estar impulsando más acción“, dijo Lisa Fischer, líder del programa del grupo de reflexión ambiental E3G, con sede en Londres. “Afecta a la productividad, afecta a las funciones de la economía… ese bucle de retroalimentación no se ha entendido en el pasado”.
Los efectos de la crisis climática son visibles casi dondequiera que miremos: varios días de clima inusualmente cálido en el norte de Groenlandia han desencadenado un rápido derretimiento allí, y a nivel mundial, los registros de temperatura caliente están superando a los registros fríos de 10 a 1, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos.
Sin embargo, la guerra de Rusia y la crisis energética mundial que siguió han forzado un enfoque paradójico de los líderes europeos en las últimas semanas: mientras los gobiernos están regresando a combustibles más sucios para superar sus problemas energéticos inmediatos, también se apresuran a buscar fuentes de energía renovables para reducir su dependencia del gas ruso y mitigar la crisis climática.
Para reducir su dependencia del gas ruso, la Unión Europea dio a conocer el miércoles un plan de racionamiento de emergencia. El plan “Ahorrar gas para un invierno seguro” anunciado establece un objetivo para que los 27 Estados miembros reduzcan su demanda de gas en un 15 % entre agosto y marzo del próximo año. Esa reducción se basa en el consumo medio de gas de los países durante los mismos meses de los cinco años anteriores.
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Entre las medidas propuestas, la Comisión de la UE está alentando a la industria a cambiar a fuentes de energía alternativas, incluido el carbón cuando sea necesario, y a introducir sistemas de subasta que compensen a las empresas por reducir su consumo de gas.
“Estamos viendo una aceleración de la energía limpia… lo que anteriormente se había visto como acción climática se ha convertido en parte de la conversación sobre seguridad energética”, dijo Fischer. “(Y) es notable que el Pacto Verde Europeo no haya sido abandonado o abandonado” en medio de este período turbulento, añadió.
Connolly dijo que era una “vergüenza absoluta” que se necesitara la invasión rusa de Ucrania, impactos más intensos de la crisis climática y una crisis de pobreza energética, todo al mismo tiempo para que Europa acelerara su transición verde.
“El único aspecto positivo es que la transición energética en Europa se acelerará como resultado de esto”, dijo.
Sin embargo, el retorno a los combustibles fósiles es preocupante. Los gobiernos insisten en que son temporales, pero puede ser difícil confiar en ellos.
A principios de este mes, los legisladores de la UE aprobaron una medida para etiquetar el gas natural como una fuente de energía “verde” o “sostenible”, enviando una señal a los inversores para que invirtan más dinero en el combustible fósil. Connolly calificó el voto de “daño en términos de la reputación de Europa y de los intentos de Europa de eliminar gradualmente el gas”.
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Y a medida que Europa importa más y más gas natural licuado (GNL) de lugares como EE. UU., se vuelve cada vez más adicta a él como fuente de energía. El continente está importando tanto de la fuente de energía que tiene que construir nuevas terminales flotantes solo para recibirla. Puede destetarse del gas ruso por buenas razones, pero no se está destetando del gas en general por el bien de hacer frente al cambio climático.
Todo esto se produce en un contexto de aumento de la producción de carbón en China, que produjo más carbón que nunca el año pasado, ya que sus centrales eléctricas luchaban por satisfacer la demanda de electricidad, socavando los planes para frenar las emisiones de carbono. Allí también, 900 millones de personas viven una ola de calor castigadora que se espera que continúe en las próximas semanas.
Connolly dijo que un retorno temporal al carbón en esta crisis energética era comprensible.
“Pero, ¿cuál es el plazo a largo plazo?” preguntó. Los grupos climáticos están instando a los gobiernos europeos a dar prioridad a las inversiones sostenibles ahora con el fin de establecer un plan más limpio para el continente que no dependa de Rusia.
“Para el invierno siguiente, habremos tenido tres años para dar grandes pasos en el desarrollo de nuestras tecnologías de ahorro de energía, insultando edificios y hogares, y construyendo energías renovables lo antes posible”, dijo.
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El mundo observa los movimientos de Biden
A medida que las temperaturas se disparaban en los Estados Unidos esta semana, el presidente Biden habló con el país el miércoles sobre la urgencia de la crisis climática y renovó una discusión en torno a la declaración de la llamada emergencia climática.
Biden preveía las medidas que su oficina podría tomar para hacer frente a la crisis climática y anunció miles de millones de dólares en fondos para las comunidades que se enfrentan a un calor extremo. Pero el presidente de los Estados Unidos dijo que estaba “corriendo las trampas en la totalidad” de su autoridad para emitir una emergencia nacional que desbloquearía nuevos recursos federales y le permitiría limitar la perforación petrolera federal.
El ritmo de la respuesta de Biden dejó a los expertos y defensores del clima decepcionados.
“Tenía acciones climáticas útiles pero de pequeño ánimañas” el miércoles, escribió el activista climático Bill McKibben en Twitter. “La prueba más grande: ¿declarará una emergencia climática completa…? Las próximas semanas serán cruciales”.
Y gran parte del mundo está observando los movimientos de Biden con interés. Estados Unidos es el mayor emisor de carbono del mundo y tiene la mayor responsabilidad histórica de la crisis climática. Aunque Biden se comprometió a reducir las emisiones de EE. UU. a la mitad para 2030, su agenda climática fue torpedeado la semana pasada por un senador de su propio partido, Joe Manchin, un representante del estado del carbón que se ha resistido a los objetivos climáticos del presidente.
“Necesitamos que Estados Unidos dé un paso adelante, no solo por lo que está en juego en el clima, sino porque la cooperación climática es una de las pocas áreas de cooperación multilateral que todavía está funcionando y funcionando bien“, dijo Fischer. “Es una de las pocas áreas en las que tenemos a China y a otros alrededor de la mesa y trabajando con otros, y eso es increíblemente importante”.
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