Por Constanza Cabrera
Rodaje Callejero

El plástico está en todas partes. Se usa para envasar y embalar objetos. También lo podemos encontrar en los utensilios de un solo uso. En las pajitas de los jugos, las etiquetas de nuestra ropa y en los envoltorios de nuestros alimentos. El plástico se utiliza porque es fácil y barato de fabricar y en Chile se generan 33 mil toneladas de plásticos, donde apenas un 8,5% de todos estos residuos logra ser reciclado.

Este es el dilema del que se hace cargo la obra teatral “El mar hecho bolsa” -de la compañía Rodaje Callejero– que con una apuesta en escena con material reciclado, busca inmiscuirse en los pensamientos de los espectadores durante 30 minutos para generar conciencia sobre el daño ambiental que provocan las toneladas de este elemento en el mar.

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La calle como un espacio político

Créditos: Rodaje Callejero.

Cuadro I: La pieza comienza con un grupo de científicos que intentan buscar la solución a la erradicación de este material. Pero el plástico forma parte de nuestra vida, es onmipresente, a veces se presenta como pequeñas particulas que no son visbiles al ojo humano – El mar hecho bolsa.

“Rodaje Callejero es una compañía de calle. En Chile hay un lenguaje muy rico en cuanto a compañías de calle y nosotros decidimos ir al espacio público porque es más político“, explica a Futuro 360 Michael Cáceres, director escénico del proyecto que surgió en 2013, conformado en un comienzo por exestudiantes de la Escuela de Teatro del Instituto Profesional Los Leones.

Francisca Cortés, artista visual y de circo, inspirada en la actual crisis climática y en los incendios de la selva amazónica ocurridos en dicho año, tuvo la idea de hacer una intervención para entregar un mensaje ecológico. “Quisimos pintar un pendón e intervenir con un mensaje rápido que dijera: Para 2050 habrá más plástico que peces en el mar”, cuenta Cáceres.

Pero la idea tomó forma a tal punto que se convirtió en una representación teatral compuesta por cuatro cuadros que narran historias con diferentes personajes: un grupo de científicos, un pescador y la representación de grandes compañías contaminantes.

A la fecha El mar hecho bolsa lleva 30 funciones dirigidas a niños y niñas, presentándose en espacios formales como Matucana 100, el Festival Internacional de Innovación Social (fiiS), junto a INJUV, hasta lugares tan diversos como plazas y calles de diferentes comunas de Santiago y la quinta región.

Créditos: Rodaje Callejero.

En esta obra, Rodaje Callejero utiliza una herramienta que se llama teatro de objeto y con elementos sencillos como una panera, el plumavit y las bolsas de plástico, confeccionaron objetos con formas y texturas para recrear las historias. “Se hace interesante porque el plástico, se supone que por la ley, deberían prohibir pajillas, tenedores, cubiertos, bolsas, y la gente sigue utilizándolas, entonces es un remezón y se hace super interesante que con esas cosas podamos hacer estas marionetas”, señala.

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¿Qué le vamos a dejar a las futuras generaciones?

Créditos: Rodaje Callejero.

Cuadro II:  Aparece Eusebio, un pescador de la tercera edad, que se dedica a reciclar los desechos que encuentra al zarpar al mar – El mar hecho bolsa.

Esta es la primera obra primera obra infantil de la compañía que está pensada para los niños y niñas, que aborda las consecuencias de la contaminación en las futuras generaciones. “Ahí nos dimos cuenta que las futuras generaciones, tienen mayor conciencia con el medio ambiente porque veían la basura y los niños decían ‘¡no, no tienen que tirar basura!’, porque la obra trata de eso, de un antagonista que contamina“, dice Michael Cáceres.

El mar hecho bolsa posee diversos formatos y en la actualidad, Michael realiza intervenciones de tres minutos en el espacio público “como un tráiler de la obra”. “Llevo una marioneta, una máscara expresiva y voy narrando el problema. La gente me dice como ‘que hermoso lo que veo, tantos colores’ porque a nivel imagen es potente y si a esto se le suman las herramientas del teatro, se hace más interesante. La recepción ha sido super buena”, asegura.

La voz, el cuerpo, el baile y las marionetas

Créditos: Rodaje Callejero.

Cuadro III:  Emerge la contaminación a gran escala de las compañías a través de luces led.

“El teatro de calle es directo. Como buen chileno, es donde las papas queman, pero en este país hacer teatro calle es un delito”, dice. Michael lleva cuatro partes de los nueve años que lleva la compañía, para él “es inaudito” porque está presentando arte para la gente.

Cabe decir que este es el quinto proyecto de Rodaje Callejero. El primer tema que abordaron fue sobre el abandono de la tercera edad con “Yungay, una historia para contar”. El segundo espectáculo llevó por nombre “Proyecto Nemo” basado en el libro 20 mil leguas del viaje submarino de Julio Verne. El tercer montaje se basó en cómo corrompe el poder a la sociedad a través de la historia con la obra llamada “Apestados” conformado con 17 artistas y músicos en vivo.

“Estos cinco montajes han sido super dispersos y super distintos, pero siempre pensando que el público se tiene que nutrir y es el público que da su opinión, eso lo hace interesante”, señala.

Aunque Rodaje Callejero es un espacio autogestionado, se han adjudicado fondos para darle énfasis a la obra. El mar hecho bolsa fue reconocido por la Unión Europea por su participación en el programa ‘RE-ACCIONA POR EL CLIMA’ y también por el premio de la activista brasileña de ascendencia coreana Iara Lee en representación de Chile.

Lee trabaja principalmente en Oriente Medio y África. Sus proyectos recientes incluyen From Trash to Treasure: Turning Negatives into Positives y Stalking Chernobyl: Exploration After Apocalypse.

Cuadro IV: El mar hecho bolsa, con el hábitat de los peces contaminado.

Créditos: Rodaje Callejero.

“La gente que no concurre al teatro, que nunca ha ido al teatro o que no tiene tiempo para ir al teatro o no tiene plata, han llorado, reído, aplaudido, me han tirado combos, me han dicho de todo. Nos ven el metro, nos etiquetan”, puntualiza.

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