Por Constanza Cabrera
Créditos: Francesco Mocellin

Los salares son cuerpos de agua formados hace millones de años que poseen una alta salinidad en su composición y una gran biodiversidad endémica. La mayor cantidad de ellos se encuentran ubicados en el altiplano sudamericano, territorio compartido por Argentina, Bolivia y Chile.

En el país hay cerca de 50 salares, distribuidos entre las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. De ellos se suele extraer recursos naturales como salitre, yodo, sal y el más preciado: litio.

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Hace poco se pensaba que la alta salinidad de las salmueras concentradas no contenía vida, pero investigadores de la Universidad de Antofagasta (UA) descubrieron que por ejemplo, en el Salar de Atacama que tiene esas características, habitan comunidades de bacterias. “Las bacterias están dominando ambientes con altas concentraciones de litio y alta salinidad (…). Pensábamos que en un ambiente tan estresante podríamos encontrar arqueas, pero la mayor población era de bacterias”, dijo la biotecnóloga Carolina Cubillos a La Tercera.

El litio es un metal que se utiliza para fabricar baterías de celulares, computadores y automóviles eléctricos. Su demanda se ha disparado en los últimos años, según señala BBC Mundo, ya que Chile es el segundo exportador del mundo y casi toda la minería de litio en Chile se realiza en Atacama. Albemarle y la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) extraen 63 mil millones de litros de agua salada al año.

“La futura explotación, que necesariamente requiere la destrucción de estos hábitats, acelerará los procesos actuales de deterioro de las cuencas”, dijo la Doctora e investigadora de la zona Cristina Dorador a Prensa UA.

Organizaciones de la sociedad civil, comunidades indígenas y expertos señalan que las actuales condiciones ambientales y marcos regulatorios insuficientes, podrían afectar flora y fauna endémica, sin embargo aún faltan estudios para entender cómo el agua dulce interactúa con el agua salada.

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