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El proyecto de ley para el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) fue presentado por primera vez, en marzo de 2011. Entre sus objetivos principales, está la creación de un servicio público, dependiente del Ministerio del Medio Ambiente, que se encargue de la conservación de la biodiversidad y cuyo principal instrumento será la administración de un sistema nacional de áreas protegidas.
Su creación se basa en una mirada “integrada de todo Chile, a lo largo de todos sus ecosistemas, tanto marinos como terrestres, dentro y fuera de áreas protegidas, y que su único foco esté en la protección de la naturaleza”. Esto, mediante la dotación de recursos humanos y financieros, que sean “capaces de cubrir las brechas históricas de financiamiento, en las áreas protegidas del país y la protección del patrimonio natural”.
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Con su aprobación, esta iniciativa pondría en marcha algo inédito en Chile: un organismo exclusivamente destinado a la planificación y ejecución de medidas que protejan la biodiversidad. Actualmente, no existe algo similar y en cambio, la administración de áreas protegidas se encuentra dispersas en cinco ministerios distintos:
- El Ministerio de Agricultura administra áreas protegidas a través de CONAF.
- El Ministerio de Economía administra los parques y reservas marinas a través de la Subsecretaría de Pesca y el Servicio Nacional de Pesca.
- El Ministerio de las Culturas gestiona los santuarios de la naturaleza a través del Consejo de Monumentos Nacionales.
- El Ministerio de Bienes Nacionales administra los bienes nacionales protegidos.
- El Ministerio del Medio Ambiente administra las áreas marinas costero-protegidas de múltiples usos, custodia los santuarios de la naturaleza y supervigila todo el sistema.
¿Por qué es relevante su creación?
La directora del Centro de Derecho Ambiental de la Universidad de Chile, Valentina Durán, explica a Desafío Tierra que la creación del SBAP está pendiente desde que se creó la institucionalidad ambiental el año 2010. Un año después de eso, se tenía que presentar el proyecto de ley y así se hizo. “Sin embargo, ha sido retirado y vuelvo a ingresar en varias oportunidades”.
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Cada vez se hace más urgente concretar esta ley, ya que “en Chile las principales amenazas a la biodiversidad están por la pérdida y degradación de hábitats, principalmente dada por los cambios de uso de suelo. También por la sobreexplotación de recursos”, puntualiza Durán.
Por su parte, la directora ejecutiva de la Defensoría Ambiental, Alejandra Donoso, comenta que no tenemos un organismo administrativo, técnico y con presupuesto, destinado a la protección de la biodiversidad en Chile. “Con todo lo que eso significa, sobre todo, respecto de la importancia que tiene la conservación de la biodiversidad en materias de resiliencia y adaptación al cambio climático”.
La abogada añade que la situación es preocupante porque, actualmente, la administración de la biodiversidad en Chile está a cargo de la CONAF. “A pesar de que es un órgano que no pertenece a la administración del Estado, y que el propio Tribunal Constitucional ha dicho que no tiene las atribuciones constitucionales para hacer lo que hace. Eso es gravísimo”, expresa Donoso.
Casi 10 años de espera
En un escenario de emergencia climática, es relevante que efectivamente este proyecto se apruebe, pese a los diversos intereses contrapuestos. “Sin duda alguna establecer límites de resguardo en el territorio para resguardar la biodiversidad, va a limitar los usos productivos respecto de ese territorio”, dice Alejandra Donoso.
Para Valentina Durán, una de las cosas que ha ralentizado el proceso es que: “Indudablemente, aquí hay un tema financiero que tiene que ver con la situación laboral en la que van a quedar los funcionarios de CONAF, que serían traspasados al servicio de biodiversidad y áreas protegidas”.
Parte de la recuperación verde
“Es la pieza que falta para completar la institucionalidad ambiental de Chile”, afirma para Desafía Tierra Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile. Como ONG, han participado de diversas instancias en la sociedad civil, para ayudar a perfeccionar la iniciativa. “Hemos propuesto al Ministerio de Medio Ambiente algunas indicaciones para mejorar este proyecto”.
La ONG se ha mantenido pendiente de los avances que ha ido teniendo el proyecto a lo largo de los años. Consideran que este es fundamental, debido a que gran parte del territorio nacional comprende áreas de patrimonio natural, “requieren que haya una entidad sólida y con el presupuesto adecuado que las administre de manera eficaz”, expresa Catalán.
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En medio del contexto de la pandemia, debemos pensar el SBAP y la conservación, como parte de una recuperación verde en un sentido amplio. “Los parques son motores de economía locales y regionales. Son una razón por la cual los turistas internacionales nos visitan. Los parques nos resguardan contra el cambio climático. Los parques y las reservas también pueden ser fuentes de salud humana”, concluye el director de Conservación de la ONG WWF Chile.
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