La Tierra no es único luchar donde se pueden producir auroras. Estas ocurren también en el espacio, y ahora dos investigaciones detectaron longitudes de ondas visibles en cuatro de las lunas más grandes de Júpiter: Io, Europa, Ganímedes y Calisto.

Esto no es algo nuevo, los astrónomos sabían previamente sobre la existencia de auroras en los satélites jovianos, sin embargo, la luz del Sol que refleja en su superficie las debilita.

Es por ello que estos nuevos dos estudios publicados en la revista The Planetary Science Journal son interesantes, ya que los equipos lograron evitar el Sol utilizando la sombra inminente de Júpiter. Una acción que es más fácil contarla que hacerla. 

El motivo de la dificultad de este tipo de observaciones es que la sombra de Júpiter vuelve casi invisibles a las lunas. La científica planetaria del Instituto de Tecnología de California, Katherine de Kleer, dijo que “la luz emitida por sus débiles auroras es la única confirmación de que hemos apuntado el telescopio al lugar correcto”.

El primer estudio dice que las atmósferas tenues de estos satélites proviene de sus superficies y se producen mediante una combinación de interacciones de plasma-superficie y procesos térmicos.

Para cada emisión, el panel inferior muestra una imagen sustraída de fondo calibrada del espectro que muestra que la emisión está localizada a lo largo de la rendija.

“La medición simultánea de múltiples líneas de emisión proporciona restricciones sólidas sobre la composición atmosférica. Encontramos que las atmósferas de los eclipses de Europa y Ganímedes están compuestas predominantemente por O2 , con densidades de columna promedio de (4,1 ± 0,1) × 10 14 cm −2 y (4,7 ± 0,1) × 10 14 cm −2 , respectivamente”, detallan los autores.

En relación con el segundo estudio, el equipo indica que la mayor parte de la atmósfera de Io, SO2  y SO se condensa durante su paso por la sombra de Júpiter.

“La emisión auroral también es evidente a partir del potasio, lo que confirma que K es la principal fuente de emisiones del rojo lejano vistas con imágenes de naves espaciales en Júpiter. En todos los casos, el impacto directo de electrones sobre el gas atómico es suficiente para explicar el brillo sin invocar una excitación disociativa significativa de las moléculas“, agregan.

Encontraron que el oxígeno es indiferente a la iluminación cambiante. En las sombras, las relaciones de línea confirma la escasez de SO2 cobertura en relación con O, ya que de lo contrario sus colisiones apagarían la emisión.

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