En un evento que marcó un hito en la protección de los cielos oscuros, el 5 de octubre se promulgó un esperado decreto en Chile, la protección de los cielos para la observación astronómica.

En un evento celebrado en el Observatorio Mamalluca, participó el Presidente de la República, Gabriel Boric, así como con la Ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, y la Ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry.

Pero ¿Qué hace especial a esta normativa?

La importancia de esto es que se declararon áreas 29 comunas chilenas como zonas protegidas para la observación astronómica.

Región de Antofagasta

  • Antofagasta.
  • Calama.
  • María Elena.
  • Mejillones.
  • Ollagüe.
  • San Pedro de Atacama.
  • Sierra Gorda.
  • Taltal.

Región de Atacama:

  • Alto del Carmen.
  • Caldera.
  • Copiapó.
  • Freirina.
  • Huasco.
  • Tierra Amarilla.
  • Vallenar.

Región de Coquimbo:

  • Andacollo.
  • Canela.
  • Combarbalá.
  • Coquimbo.
  • Illapel.
  • La Higuera.
  • La Serena.
  • Monte Patria.
  • Ovalle.
  • Paihuano.
  • Punitaqui.
  • Río Hurtado.
  • Salamanca.
  • Vicuña.

Como parte de esta medida, se requerirá a los proyectos que se ubiquen en estas áreas la elaboración de un Estudio de Impacto Ambiental para demostrar que no causarán contaminación lumínica.

La Fundación Cielos de Chile, una organización comprometida con la preservación de los cielos oscuros del país, aplaudió esta iniciativa. Su directora ejecutiva, Daniela González, subrayó que este paso es crucial, ya que reconoce la luminosidad artificial como un contaminante.

De ahora en adelante, los proyectos que busquen aprobación en el Sistema de Evaluación Ambiental en estas comunas o zonas cercanas deberán demostrar, a través de un estudio de impacto ambiental, que no contribuirán a la contaminación lumínica.

¿Qué significa esta declaración?

La definición de estas áreas estuvo a cargo de una comisión de expertos, con la participación de destacados investigadores nacionales. Entre los criterios considerados para su protección se encuentran la infraestructura astronómica existente, el potencial científico futuro, las condiciones geográficas y atmosféricas, la producción científica, el impacto en las comunidades científicas nacionales e internacionales, y la alineación con planes regionales e iniciativas nacionales e internacionales.

Este logro es un paso importantísimo en el desarrollo de una institucionalidad que proteja los cielos oscuros de la contaminación lumínica y garantice que todos, sin excepción, puedan disfrutar de los cielos oscuros como un patrimonio científico y cultural. Así, Chile se consolida como un destino privilegiado para la observación astronómica, preservando su legado como uno de los mejores lugares en el mundo para explorar el universo en todo su esplendor.

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Martes / 22:30 / CNN Chile