Crédito: ESA

Un grupo de astrónomos descubrió un sistema que incluye seis planetas y no se parece a nada que hayan visto antes. Este hallazgo podría desafiar las teorías que tienen los científicos sobre cómo se forman y cambian los planetas con el tiempo.

A unos 200 años luz de la Tierra está la estrella TOI-178, que se encuentra en la constelación Sculptor. Los investigadores inicialmente pensaron que solo había dos estrellas orbitando el planeta, sin embargo, una mirada más cercana reveló algo muy diferente.

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“No había dos planetas orbitando la estrella aproximadamente a la misma distancia de ella. Eran más bien varios planetas en una configuración muy especial”, sostuvo el autor principal del estudio, Adrien Leleu, quien es miembro de CHEOPS en la Universidad de Berna, Suiza.

Cinco de los seis planetas están acompasados en una danza rítmica mientras se desplazan en sus órbitas, lo que crea una resonancia. Esto significa que hay patrones que se repiten a medida que estos cuerpo celestes se mueven alrededor de su estrella, haciendo que algunos se alineen cada pocas órbitas.

Este fenómeno no es tan nuevo, ya que sucede en Júpiter cuando tres de sus lunas, Io, Europa y Ganímedes, la orbitan. Io es la más cercana de las tres y por cada cuatro órbitas que completa alrededor de Júpiter, Europa completa dos y Ganímedes una, creando un patrón 4:2:1.

Las órbitas del sistema TOI-178 son más complicadas, siendo una de las cadenas resonantes más largas que se han encontrado en un sistema planetario, ya que sus cinco planetas exteriores del sistema siguen este patrón: 18:9:6:4:3.

Eso significa que, por cada 18 órbitas del segundo planeta más cercano a la estrella, el tercer planeta completa 9 y así sucesivamente.

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Esta danza resonante de planetas alrededor de TOI-178 proporciona algunas pistas sobre la formación y evolución del sistema. “Las órbitas en este sistema están muy bien ordenadas. Lo que nos dice que este sistema ha evolucionado con bastante suavidad desde su nacimiento”, detalló el coautor del estudio Yann Alibert.

Los sistemas planetarios pueden ser lugares volátiles y alteraciones causadas por la influencia gravitacional de los planetas grandes o impactos entre planetas u otros objetos pueden modificarlos, pero TOI-178 se ha logrado conservar, manteniendo su frágil configuración de órbitas.

Para estudiar el sistema y tratar de comprender su arquitectura inusual, se utilizaron varios instrumentos. Entre ellos, el satélite CHEOPS de la Agencia Espacial Europea (ESA) y varios telescopios terrestres ubicados en el Observatorio Europeo Austral en Chile.

El enigma de la densidad

Aunque la disposición de estas órbitas sea clara y bien ordenada, las densidades de los planetas no están bien ordenadas. “Parece que hay un planeta denso como la Tierra justo al lado de otro muy esponjoso con la mitad de la densidad de Neptuno, seguido de uno igual de denso que Neptuno. No es a lo que estamos acostumbrados”, manifestó el coautor de la investigación Nathan Hara.

Este sistema es totalmente único por muchos motivos. Su verdadera naturaleza ha sido muy esquiva para nosotros debido a su complejidad, al número de planetas involucrados y sus interacciones gravitatorias que hacen que se produzcan una serie de coincidencias en los períodos orbitales”, señaló a Agencia EFE Jorge Lillo-Box, del Centro de Astrobiología de Madrid.

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