Hace dos semanas, el explorador robótico SLIM de Japón, también conocido como “Moon Sniper”, aterrizó en la superficie lunar, convirtiendo a la potencia asiática en el quinto país en colocar una nave espacial en el satélite. Una de las misiones principales de la sonda era estudiar rocas, y ganar conocimientos sobre los orígenes de la luna.

Sin embargo, los problemas comenzaron casi inmediatamente.

Una falla en uno de sus motores provocó que la nave aterrizara en la dirección equivocada, cerca de un cráter llamado Shioli -el que se encuentra 322 kilómetros al sur del Mar de la Tranquilidad-, lo que se tradujo en que no pudiera generar electricidad a través de sus células solares. Tras esto, la sonda lunar tuvo que depender de la energía limitada de la batería.

La región del sur Mar de la Tranquilidad es cercana a donde ocurrió el primer alunizaje, el del Apollo 11.

En vista del fallido alunizaje, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) decidió apagar la batería del explorador, argumentando que se reiniciaría automáticamente una vez cambiará el ángulo del sol.

El “Moon Sniper” revive

Este lunes, desde JAXA anunciaron que reanudaron las operaciones con el SLIM, el cual pudo restaurar su fuente de poder. Según la agencia, la misión de alunizaje se puede considerar un “éxito menor”, debido a la precisión de su aterrizaje utilizando navegación óptica.

La sonda, además, logró capturar nuevas imágenes de la superficie lunar, incluyendo una de la roca apodada “Toy Poodle”, compartida por la agencia este mismo lunes. Ahora, Japón planea usar al explorador para recolectar información sobre “El mar de Néctar”, una región sin precedentes de la Luna.

El cohete que llevó el “Moon Sniper” al astro, se lanzó el 7 de septiembre del año pasado, desde el Centro Espacial Tanegashima. Este es el tercer intento de Japón en lograr el alunizaje.

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