En diciembre de 2022, OpenAI abrió el acceso a ChatGPT, un chatbot impulsado por inteligencia artificial (IA) que interactúa con los usuarios de una manera inquietantemente convincente y conversacional.

Su capacidad para proporcionar respuestas extensas, reflexivas y exhaustivas a preguntas e indicaciones, incluso si son inexactas, ha sorprendido a los usuarios. Fue cosa de tiempo para generar alertas en el mundo académico.

Edward Tian, ​​un estudiante de  22 años de la Universidad de Princeton, desarrolló la aplicación GPTZero, diseñada para evaluar si un texto fue generado por el popular chatbot ChatGPT.

Según Tian, ​​la aplicación puede determinar de manera rápida y eficiente si un texto fue escrito por un humano o por Inteligencia Artificial (IA).

Streamlit, la plataforma gratuita que aloja GPTZero, desde entonces ha apoyado a Tian con capacidades de alojamiento y memoria para mantenerse al día con el tráfico web, señala The Guardian.

Para determinar si el texto fue escrito por el boy, la aplicación prueba un cálculo de “perplejidad”, que mide la complejidad de un texto, y “ráfagas”, que compara la variación de las oraciones.

Cuanto más familiar sea el texto para el bot, que está entrenado con datos similares, es más probable que lo genere la IA. Pero de acuerdo al medio de comunicación, los usuarios de GPTZero experimentado resultados mixtos.

“En los próximos meses, estaré completamente enfocado en construir GPTZero, mejorar las capacidades del modelo y escalar completamente la aplicación”, sostuvo Tian.

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