(CNN) – Estados Unidos pretende lanzar un grupo de pequeños satélites para llenar un vacío crítico en la capacidad de prever los peligros de las precipitaciones, como el diluvio que abrumó a las ciudades del noreste a principios de septiembre.

Las Fuerzas Aéreas estadounidenses anunciaron este jueves un contrato de casi US$ 20 millones con Tomorrow.io para desarrollar y desplegar toda una constelación de pequeños satélites equipados con un radar avanzado para medir las precipitaciones desde el espacio.

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Actualmente, solo hay un satélite equipado con esa capacidad entre los más de 3 mil satélites activos que orbitan actualmente la Tierra. “Esto es un problema”, dijo un funcionario de la NASA a CNN. “Es algo muy costoso de hacer y, hasta ahora, las agencias no han querido hacer más”.

Ese satélite en órbita, conocido como el satélite Observatorio de Medición de la Precipitación Global (GMP), fue lanzado en febrero de 2014 por la NASA y su contraparte de Japón, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA).

El observatorio costó US$ 1000 millones puede hacer lo que ningún otro satélite puede. A diferencia de la mayoría de los satélites meteorológicos, que solo pueden observar la capa más externa de una tormenta, el satélite GPM puede “ver” dentro de las nubes para predecir con mayor precisión cuándo, dónde y cuánta lluvia o nieve caerá.

Este tipo de datos es fundamental para la previsión de fenómenos meteorológicos extremos. Cuando los restos del huracán Ida arrasaron el noreste y mataron al menos a 52 personas desde Maryland hasta Connecticut, el Servicio Meteorológico Nacional advirtió de “fuertes lluvias y posibles inundaciones repentinas, urbanas y fluviales” con 24 horas de antelación.

Sin embargo, la cantidad histórica de lluvia que cayó en la ciudad de Nueva York -más de 5 centímetros en una sola hora- tomó por sorpresa a las autoridades municipales y estatales.

Cuantos más radares de precipitación haya en el espacio, más precisa será la previsión en la Tierra.

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EE.UU. está equipado con una red de radares de precipitación terrestre. Pero muchas partes del mundo no lo están, incluidas las dos terceras partes de la superficie de la Tierra cubiertas por los océanos. Esas zonas -y vastas franjas de China, Rusia y África- prácticamente no son objeto de radares de precipitación terrestre, y son regiones de gran interés para el ejército estadounidense.

“Cuando vas a esas regiones, no hay sistemas meteorológicos que funcionen en tierra. E incluso si existen, los Estados Unidos no tienen realmente acceso a ellos y ese impacto, te lo puedo decir como piloto, repercute en cada una de las decisiones que tomas en el ejército“, dijo Rei Goffer, antiguo piloto de las Fuerzas Aéreas israelíes y cofundador de Tomorrow.io.

Lo que hemos hecho es miniaturizar el instrumento de radar (…) Lo hemos llevado de un instrumento del tamaño de un autobús escolar a algo que tiene el tamaño de una mini nevera”, detalló Goffer en entrevista con CNN.

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La reducción del tamaño hace que los satélites sean mucho menos costosos de lanzar. Goffer cree que su empresa puede ayudar al ejército y otras instituciones de la misma manera que SpaceX ha ayudado a la NASA: proporcionando soluciones rentables a problemas de hace décadas y liberando a las agencias federales para que se centren en las prioridades a largo plazo.

Realmente nos vemos como el SpaceX de la meteorología (…) La meteorología es uno de los últimos ámbitos que no ha visto una inversión e innovación masiva procedente del sector privado, hasta ahora”, afirmó.

El lanzamiento de los primeros satélites de Tomorrow.io está previsto para finales de 2022, y la empresa espera tener operativa la constelación completa de aproximadamente 32 pequeños satélites para finales de 2024.

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