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La optogenética se basa en la idea de que algunas células contienen proteínas que les permiten ser más sensibles a la luz en comparación a otras.

Al utilizar la luz para apuntar a neuronas modificadas genéticamente, se desarrolla una potencial terapia para tratar una variedad de condiciones de salud debilitantes que van desde las parálisis hasta la ceguera.

Esta vez, científicos de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, realizaron esta técnica en ratones genéticamente modificados, equipados con neuronas alteradas que expresaban un gen de algas sensible a luz, mediante un implante cerebral que desarrollaron.

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El implante lo describen como el primero en su tipo, ya que es un diminuto dispositivo inalámbrico de medio milímetro de grosor y se “instala” en la superficie exterior del cráneo, bajo de la piel.

Posee una sonda filamentosa fina y flexible equipada con luces LED que sobresale hacia abajo del cerebro. De esta manera, los investigadores pueden manipular la luz en tiempo real mediante la comunicación inalámbrica de campo cercano con una computadora.

Un implante cerebral único en su tipo ha permitido a los científicos programar interacciones sociales en ratones. Crédito: Universidad de Northwestern

El novedoso implante marca un avance importante en la investigación de implantes neuronales: al ser totalmente inalámbrico, permite a los investigadores observar a los ratones comportan socialmente sin interferencia humana, ya que con sistemas previos los cables se enredan.

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Comportamiento social de los ratones

Los investigadores descubrieron que al activar los implantes en los ratones, específicamente las neuronas asociadas con la función ejecutiva de orden superior, el tiempo de interacción entre los ratones se extendió significativamente, haciéndose “amigos”.

Cuando apagaron los implantes, la socialización se detuvo y volvieron a comportarse con normalidad.

“En realidad, no pensamos que esto funcionaría. Hasta donde sabemos, esta es la primera evaluación directa de una de las principales hipótesis de larga data sobre la sincronía neuronal en el comportamiento social”, comentó Yevgenia Kozorovitskiy, neurobióloga que diseñó el experimento.

El investigador John Roger, co-autor de la investigación, señaló en un comunicado de prensa que “ahora tenemos la tecnología para investigar cómo se forman y se rompen los lazos entre los individuos de estos grupos y para examinar cómo surgen las jerarquías sociales de estas interacciones”.

La investigación fue publicada en la revista Nature Neuroscience. 

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