Reconstrucción de Australopithecus sediba. Crédito: Elisabeth Daynes / S. Entressangle

Durante años, los expertos han estudiado y debatido si el Australopithecus sediba es o no un antepasado directo de los humanos modernos, puesto que posee una extraña mezcla de rasgos faciales modernos y antiguos.

Esta especie se descubrió a partir del hallazgo de dos especímenes: un macho juvenil y una hembra adulta apodada Issa. Fue con el último esqueleto -de unos dos millones de años- que los investigadores de la Universidad de Nueva York descubrieron unos huesos adicionales en las vértebras de la parte baja de la espalda.

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Crédito: NYU

“La región lumbar es fundamental para comprender la naturaleza del bipedalismo en nuestros primeros antepasados y para entender lo bien adaptados que estaban a caminar sobre dos piernas“, indicó Scott Williams, autor principal del estudio, en un comunicado.

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Estas vértebras descubiertas muestran una curvatura hacia dentro, conocida como lordosis, lo que lo hace bastante humano y sugiere que poseía una adaptación para caminar erguido como nosotros. Sin embargo, lo más interesante es que los procesos transversales grandes y orientados hacia arriba de su columna sugieren que poseía una poderosa musculatura del tronco, lo que se traduce en que trepaba como un mono.

Crédito: NYU

La investigación, publicada en eLife, demuestra que Issa es una especie de transición que está en medio del camino desde la escalada de árboles hasta la caminata por el suelo.

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