Por Constanza Cabrera
Archivo Fotográfico Museo de la Educación Gabriela Mistral.

A nivel latinoamericano, Chile fue uno de los primeros países donde las mujeres pudieron acceder a la universidad. En específico, la inmersión de las mujeres en la educación científica estuvo marcada por diversas dificultades. Ya sea por las labores domésticas en el hogar o la crianza de los hijos, no tenían la posibilidad de acceder al espacio público con mayor libertad.

Entre las décadas de 1870 y 1930, esta área estaba reservada de forma exclusiva a los hombres y el tránsito no fue fácil. Recién en 1877, el Ministro de Justicia e Instrucción Pública de la época, Miguel Amunátegui dictó el decreto que permitió a las mujeres acceder a estudios universitarios. Claro que este dictamen se promulgó luego de una movilización de mujeres, educadoras en particular como Isabel Le Brun de Pinochet y Antonia Tarragó, que ayudaron a abrir aún más esta senda.

Para la historiadora e integrante de la Red de Historiadoras Feministas, Hillary Hiner, el movimiento feminista ha sido fundamental para impulsar cambios. “Los movimientos feministas, de mujeres, de disidencias sexuales, se han ido organizando, consolidando y presionando cambios a lo largo de la historia de Chile, desde el siglo XIX en adelante. Como historiadora feminista, molesta un poco el no reconocimiento de esta larga historia del movimiento de mujeres en Chile, esto no es algo reciente, que viene con una fuerza histórica y hay muchas corrientes y tensiones. No es un movimiento homogéneo, hay mujeres obreras, clase media, de elite”, explica.

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En general, sobre el ingreso de la mujer a la educación superior en nuestro país, Hiner señala que los impactos “a largo plazo fueron super importantes, en el caso de las primeras mujeres en el área médica como Ernestina Pérez o Eloísa Díaz. Las primeras abogadas, como Elena Caffarena que posteriormente fue cofundadora del Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH)“.

“La entrada a la universidad era para algunas, como las mujeres de la élite o de clase media-alta. La entrada masiva de mujeres de diferentes clases, es a partir de las reformas universitarias y el alcance de la educación universitaria para las mujeres de clase media o de sectores más populares comienza en los años 60 y 70”, explicó.

Conoce en Futuro 360 la trayectoria de algunas de las pioneras en el quehacer científico.

Eloísa Díaz (1866 – 1950)

Universidad de Chile.

El Campus Norte de la Universidad de Chile, localizado en la comuna de Independencia, lleva el nombre de Eloísa Díaz, la primera médico-cirujana del país. Eloísa no solo fue una pionera en su área, sino que también marcó el punto de partida para muchas otras mujeres de Latinoamérica.

En 1880, postuló a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, después de la ley que permitió el ingreso de mujeres a la educación superior por primera vez. Su tesis de grado, Breves observaciones sobre la aparición de la pubertad en la mujer chilena y las predisposiciones patológicas del sexo, fue publicada en Los Anales de la Universidad de Chile y en la Revista Médica de Chile, señala el sitio Memoria Chilena, licenciándose de medicina el 27 de diciembre de 1886.

De acuerdo al portal uchile.cl, Díaz fue reconocida como una profesional preocupada de la salud infantil, abocada a lo que ahora se conoce como “salud pública”. Incluso, impulsó la creación de los primeros jardines infantiles, consultorios para personas de menos recursos y servicios médico dentales con mayor cobertura.

Justicia Acuña (1893 – 1980)

Universidad de Chile.

En 2021, Google le dedicó el doodle de su página principal en Chile, Argentina y Perú a Justicia ‘Espada’ Acuña, la primera ingeniera civil del país y parte del grupo que abrió el camino de las mujeres a la educación superior en Sudamérica. Su padre, un constructor civil, estimuló su interés en el área de las matemáticas, pero pronto se interesó en la ingeniería.

En 1912, Justicia ingresó a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y siete años después se tituló de ingeniera con el “Proyecto de Resistencia de Materiales”. Su interés por la infraestructura la llevó a trabajar a la Empresa de Ferrocarriles del Estado, en el cálculo de puentes.

Universidad de Chile.

Finalmente, ejerció como ejercer como calculista en el Departamento de Vías y Obras, donde se mantuvo en el puesto hasta su jubilación en 1954, señala la página Empoderadas.

Grete Mostny (1914-1991)

Museo Nacional de Historia Natural de Chile.

Aunque nació en Austria, Grete Mostny llegó a Chile a finales de la década de los treinta a trabajar en el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), escapando del régimen nazi. Según señala Memoria Chilena, a pesar de que Grete estudió egiptología, africanística y prehistoria en la Universidad de Viena, además de un doctorado en Filología e Historia Oriental en la Universidad de Bruselas, laboralmente toda su carrera la desarrolló en Chile.

Llegó a liderar el MNHN ocupando ese cargo hasta 1982, momento en que se acogió a jubilación con más de cuarenta años de servicio. Entre sus aportes, destaca la creación de las Juventudes Científicas y la Feria Científica Nacional Juvenil en 1970, que continúa celebrándose hasta la actualidad, como un espacio de formación de vocaciones científicas.

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Adelina Gutiérrez (1925 – 2015)

Universidad de Chile.

Pionera en la astrofísica en Chile, Adelina Gutiérrez, profesora, científica y académica chilena, fue la primera mujer en integrar la Academia Chilena de Ciencias. Según señala el portal Mujeres con Ciencia,  Adelina viajó en la década de los 50 a Estados Unidos para continuar su formación en la Universidad de Indiana, donde obtuvo su doctorado en Astrofísica (ciencia que aplica la física a elementos como las estrellas, los planetas y las galaxias), siendo la primera chilena que obtuvo el reconocimiento académico en esta área.

Fue una de las fundadoras de la carrera de Licenciatura en Astronomía en la Universidad de Chile e incluso Google le dedicó el doodle en 2020, que pudo ser divisado en los buscadores de Chile, Argentina y Perú.

Fue autora de libros y manuales de estudio, entre los que se destacan su primera publicación redactada 1953 ‘Determinaciones astronómicas realizadas con teodolito’ y ‘Astrofísica general’, asegura El País.

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