Crédito: YOSSI ZAIDNER

En 2010, un grupo de arqueólogos logró evitar que una gran cantidad de huesos que se creían eran de animales y utensilios antiguos, terminaran en los hornos de una fábrica de cemento en Israel. El equipo se sorprendió al encontrar entre los restos lo que sería una especie humana previamente desconocida.

Los restos, que consisten en una parte del cráneo y la mandíbula, pertenecerían a uno de los últimos sobrevivientes de un grupo humano muy antiguo que vivió hace más de 100 mil años. Los detalles fueron presentados esta semana en la revista Science.

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Los huesos encontrados en el sitio prehistórico de Nesher Ramla ubicado en la ciudad de Ramla, al centro de Israel, tienen una mezcla distintiva de rasgos humanos primitivos y neandertales. Esto los diferenciaría del Homo sapiens que vivió en la región durante la misma época.

“Junto con otros estudios, este trabajo rompe la simple imagen de los humanos modernos que salen de África y los neandertales que viven en Europa. El panorama es mucho más complejo”, sostuvo el Dr. Yossi Zaidner de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

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Este nuevo grupo, bautizado como Nesher Ramla Homo, podría ser un eslabón perdido que contribuyó a la evolución neandertal. El equipo afirmó que este descubrimiento puede cambiar o darle nueva forma a la historia evolutiva del género humano.

“Lo que atrapamos aquí son los últimos supervivientes de una población que contribuyó al desarrollo de los neandertales. Vivían junto al Homo sapiens“, añadió el Dr. Zaidner, según consignó The Guardian. El equipo cree que en el sitio israelí no solo había un intercambio de genes a través del sexo, sino también de cultura y tecnología prehistórica.

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