Los anfibios son uno de los grupos animales que más llaman la atención de los expertos. Y esto es aún más cierto cuando hablamos de las cecilias: una especie anfibia bastante extraña sin extremidades, con dientes y similar a los gusanos. De hecho, son tan extravagantes que para guiarse ocupan tentáculos ubicados en sus ojos. 

La ciencia sabe muy poco de cómo estas extrañas criaturas evolucionaron. Existen registros fósiles de solo 11 especies de cecilias antiguas, por lo que no se sabe mucho cómo estos animales están relacionados con otros anfibios, como las ranas y salamandras.

Sin embargo, ahora un grupo de científicos descubrió una colección de pequeñas quijadas que llenarían un gran vacío en el registro fósil de esta especie. Estos revelaron cómo los rasgos únicos de las cecilias modernas surgieron, e incluso, arrojaron luces sobre los orígenes de estos particulares anfibios. 

Las extrañas cecilias

El palentólogo Ben Kligman, del Instituto Técnico de Virginia, y un grupo de colegas descubrieron los fósiles; los cuales cuentan con tan solo centímetros de longitud. Todo, en el sitio Thunderstorm Ridge de Arizona, Estados Unidos. Estos pertenecerían a 70 cecilias a quienes llamaron Funcusvermis gilmorei, lo que se traduce a “gusano raro”. 

“Observando las quijadas bajo el microscopio, con sus distintivas corridas dobles de dientes, supimos de inmediato que se trataba de una cecilia. Uno de los fósiles más antiguos de este anfibio que se han encontrado“, afirmó Kligman para ScienceAlert. 

El fósil cuenta con más de 220 millones de años de antiguedad, cuando el supercontinente Pangea aún existía y Arizona se encontraba en el Ecuador. Esto indica que las cecilias surgieron como especie 35 millones de años de lo que se creía. 

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