Charlie Woodrow

A lo largo de la historia de nuestro planeta, son varias las especies de flora y fauna que han existido y desaparecido para darle paso a nuevos especímenes, demuestran cómo la evolución juega un rol importante en ello.

Pero, ¿cómo podemos saber qué especies existieron? Son los trabajos paleontológicos y arqueológicos, entre otros, los que nos permiten tener una aproximación a conocer aquello y los museos, la cápsula del tiempo que los resguarda.

En este sentido, un equipo de investigadores del Museo de Historia Natural del Reino Unido se dedicó a conocer aún más sobre Prophalangopsis obscura, una especie de insecto parecido a un saltamontes del cual no se conoce mucha información porque únicamente se ha recolectado este ejemplar.

Lee también: Las jaulas provocan estrés y miedo en las gallinas ponedoras, según estudio

Este holotipo solitario macho, de unos 10 centímetros de largo, fue recuperado en algún lugar de la India a mediados del siglo XIX, para luego ser donado al museo británico y ahí ser describir científicamente por primera vez en 1869.

Al tener un solo ejemplar, el equipo se dedicó a investigar aún más sobre este insecto, del cual al igual que los grillos y saltamontes, se frotan las alas o las patas para hacer ruido y atraer a sus parejas.

Único en su tipo

The Trustees of the Natural History Museum, Londres

Pese a que no se ha vuelo a ver desde 1969, en 2009 un artículo reveló el descubrimiento de dos saltamontes femeninos encontrados en el Tíbet, los cuales se parecen sospechosamente el ejemplar resguardado en Reino Unido, sin embargo, debido a la diferencia del sexo no se puede determinar si se trata de la misma especie o están relacionados.

Lee también: Increíble descubrimiento accidental: Paleontólogo encuentra en el patio de su casa fósiles de un mamut y su cría

Para disminuir considerablemente esta brecha, el equipo escaneó las alas del insecto y creó una imagen en 3D de su estructura superficial, descubriendo allí cómo es su frecuencia de resonancia o el “canto” que realizaban para cortejar a sus parejas.

Con una frecuencia de 4,7 kHz, el equipo logró producir el canto, uno que es bien similar al que producen los grullos durante el verano. (Escucha a continuación)

El coautor del estudio, Ed Baker, dijo que “comparar esta especie con parientes modernos es interesante porque tiene alas grandes, lo que sugiere que es capaz de volar mucho, y canta una canción de tono bajo que viaja largas distancias. Junto con su hábito de vivir al aire libre, estas características deberían convertirlo en un objetivo ideal para los murciélagos, ya que es más fácil de detectar. Su supervivencia desde el Jurásico sugiere que actualmente vive en un ambiente sin murciélagos que se alimentan de insectos que vuelan libremente”.

El siguiente paso del equipo es utilizar este sonido y buscar en las regiones del norte de la India y el Tíbet si alguna especie responde al llamado.

Los detalles de la investigación están publicados en la revista PLOS ONE.

Tags:

Deja tu comentario


Estreno

Martes / 22:30 / CNN Chile