Al suroeste de la localidad de San Pedro de Atacama, al norte del país, existe un lugar que esconde un verdadero portal que conduce al remoto ecosistema que existió al inicio de la Era de los Dinosaurios, cuando la vida en el planeta estaba dominada por las primeras formas de este fantástico grupo de saurópsidos​​.

Durante el Triásico, período que transcurre entre 251 y 201 millones de años atrás, todos los continentes estaban unidos y daban forma a un supercontinente llamado Pangea, donde lo que hoy conocemos como el desierto de Atacama presentaba un paisaje muy distinto. Cerro Quimal es uno de los pocos lugares del país con registros fósiles de la época.

En esta zona, científicos chilenos identificaron restos pertenecientes a distintos de peces de agua dulce y un anfibio, de los que no se tenía antecedentes en el registro paleontológico chileno y cuya data se estima cercana a los 240 millones de años de antiguedad, la evidencia ósea más antigua hallada en Chile de este tipo de vertebrado.

“Las rocas de Cerro Quimal nos cuentan una historia con abundante volcanismo, pero también con una rica diversidad vegetal conformada por especies de ambientes húmedos. Estos escenarios tuvieron lugar en márgenes de lagos distribuidos de norte a sur, aproximadamente desde San Pedro de Atacama hasta el límite sur de la Región de Antofagasta. Este lugar se ubicaba en el margen suroccidental del supercontinente Pangea”, indicó en un comunicado Rodrigo Otero, investigador de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, quien encabezó una investigación.

El estudio, publicado en la revista Journal of South American Earth Sciences, reveló que además de estos fósiles, los investigadores descubrieron coprolitos o fecas, las más antiguas encontradas en el país y el primer registro nacional de este tipo para la Era de los Dinosaurios.

Nuevas piezas del origen de la Era de los Dinosaurios

Hasta ahora, según Rodrigo Otero, el registro de vertebrados del remoto Triásico en Chile ha sido escaso y en esta área de estudio, en particular, solo se conocen tres formas de arcosaurios, es decir, organismos que habitaron en un ambiente lagunar, de alta humedad y asociado a eventos volcánicos periódicos.

Los recientes descubrimientos dados a conocer por el equipo de la Red Paleontológica de la U. de Chile, nuevas piezas que agregan información sobre el ecosistema de esta zona hace 240 millones de años.

En primer lugar, el estudio reconoce la presencia de dos formas distintas de peces de agua dulce de unos 25 a 30 centímetros, correspondientes a pseudobeacóniidos y a una forma afín a Guaymallenia paramillensis. Lo interesante es que “ambos tipos habían sido reportados previamente en la Cuenca Cuyana de Argentina, que latitudinalmente está más al sur”.

pseudobeacóniidos

Junto a la identificación de estos peces de los que no se tenía antecedentes en el país, los investigadores identificaron a un temnospóndilo, un extraño anfibio con aspecto de reptil, comparable a las salamandras, cuyo largo estimaron en unos 80 centímetros.

“La presencia de un temnospóndilo en el Triásico Medio es interesante, ya que este grupo se encuentra poco representado durante dicho lapso en Sudamérica, lo que abre importantes perspectivas para nuevos hallazgos de estos anfibios”, señaló.

Temnospóndilo.

Este animal, que fue identificado a partir de un fragmento de cráneo, representa además el registro más antiguo de un anfibio en el país, superando en 170 millones de años a unas ranas que vivieron junto a los dinosaurios en la Patagonia chilena durante el Cretácico.

Guaymallenia paramillensis.

Registro más antiguo de heces en el país

Los investigadores recuperaron fecas fosilizadas con formas espirales, producidos por un grupo acotado de vertebrados marinos. “Nuestra sospecha es que pueden corresponder a tiburones dulceacuícolas, considerando que en el norte de Chile existen registros de sus dientes tanto en el Pérmico como en el Triásico, pero que, lamentablemente, hasta ahora no han sido estudiados en detalle”, dijo el experto.

El equipo de investigadores espera que en futuras campañas se puedan hallar dientes que nos permitan mayor claridad respecto a estos hallazgos. Para Otero es altamente probable que en el lugar “haya más excrementos que permitan agregar información sobre los animales que poblaban esta zona hace 240 millones de años”.

Cerro Quimal es uno de los pocos lugares del país con registros fósiles del Triásico, período remoto que marca una “recuperación” de la vida en la Tierra luego del mayor evento de extinción que ha enfrentado el planeta.

De acuerdo al investigador de la U. de Chile, este registro de heces es el más antiguo del país y el primero descrito a nivel local dentro del período de tiempo que se conoce como Era de los Dinosaurios.

Heces.

“En Chile, solo se han hecho menciones a coprolitos de vertebrados, pero creo que ninguno de ellos ha proporcionado hasta ahora suficiente información para sugerir un candidato productor. El presente registro es el primero descrito en Chile de edad triásica, y el primero proveniente de ambiente lacustre”. Por otra parte, el paleontólogo destaca la importancia de este tipo de hallazgos, por ejemplo, para determinar la dieta de los productores de estas fecas y, a través de ellas, conocer más sobre la biodiversidad de su entorno, algo que es posible mediante la microscopía electrónica.

Una ventana al pasado triásico chileno

En el cerro Quimal, el 95% de las formas de vida sucumbieron. Esa es la gran importancia de esta ventana al pasado tan lejano del triásico chileno. “Es durante este lapso que en ambientes continentales aparecen los dinosaurios, las lagartijas, las tortugas, los cocodrilos y también los mamíferos.

En cuanto a las plantas, aparecen los helechos y las coníferas. También aparecen ‘nuevos’ insectos, como el linaje de los saltamontes, el de las moscas y el de las abejas y hormigas. En el mar, en tanto, el recambio y la diversificación de formas es explosiva”, detalla Otero.

Varios de los grupos localmente reconocidos, como el Chilenosuchus forttae (aetosaurio acorazado), Silesaurida y un tipo de cocodrilo asociado a la familia Sphenosuchia, tienen “parientes” triásicos de tamaños enormes en otras localidades.

Para el experto “estamos recién asomándonos a lo que este yacimiento nos puede contar”. Mi impresión es que este lugar puede deparar sorpresas. Las últimas campañas han ido en un número creciente de hallazgos.

La unidad geológica posee diferentes niveles con huesos y además son relativamente abundantes, por lo que el potencial de futuros hallazgos es muy alto.

Estos descubrimientos fueron realizados en el contexto de un proyecto de investigación de los vertebrados de Cerro Quimal, liderado por el paleontólogo de la U. de Chile Sergio Soto, con autorización del Consejo de Monumentos Nacionales, y con el apoyo de ANID-Chile y el Museo de Historia Natural y Cultural del Desierto de Atacama.

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