Madres primates cargan a sus bebés muertos como una forma de duelo

El cómo los primates manifiestan sus emociones ha sido objeto de estudio de los científicos durante muchas décadas. Ahora, investigadores descubrieron que ciertas especies pueden expresar dolor por la muerte de su bebé acarreando el cadáver con ellos.

Los especialistas del University College London (UCL) detallaron que algunas madres primates pueden cargar a sus hijos muertos durante meses. El equipo llegó a esta conclusión tras analizar los datos de 126 publicaciones que trataban el comportamiento de estos animales.

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Entre los científicos existe un gran debate respecto a si los primates son conscientes de la muerte. Sin embargo, esta nueva investigación sugiere que las madres pueden poseer una conciencia o ser capaces de aprender sobre la muerte con el paso del tiempo.

“Nuestro estudio indica que los primates pueden aprender sobre la muerte de manera similar a los humanos: podría necesitar experiencia para comprender que la muerte da como resultado un ‘cese duradero de función’”, sostuvo Alecia Carter, coautora del estudio.

La Dra. Carter afirmó que estos hallazgos ayudan a comprender cómo los primates no humanos procesan el dolor. Estudios previos han revelado que las madres humanas que experimentan un mortinato y son capaces de sostener a su bebé tienen menos probabilidades de experimentar depresión severa.

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“Algunas madres primates también pueden necesitar el mismo tiempo para lidiar con su pérdida, lo que demuestra cuán fuertes e importantes son los vínculos maternos para los primates y los mamíferos en general”, añadió la especialista en un comunicado de prensa.

El equipo encontró que el 80% de las especies analizadas en el estudio realizaban comportamientos de transporte de cadáveres. Si bien está ampliamente distribuido en todos los primates, fueron los grandes simios y los monos del viejo mundo quienes realizaron este comportamiento con mayor frecuencia.

Los detalles del estudio fueron publicados en la revista científica Proceedings of the Royal Society B.