El pan, la carne asada o las papas son preparaciones que pueden ser doradas en una sartén para que sus sabores sean potenciados. Un proceso parecido, ocurrido hace millones de años, ayudó a crear las condiciones necesarias para la vida e incluso fue fundamental en el ecosistema marino.

Un estudio de la Universidad de Leeds señala que en el océano el proceso ha tenido un efecto relevante, ayudado a aumentar el oxígeno y reducir los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera.

Conocida como la “reacción de Maillard”, convierte pequeñas moléculas de carbono orgánico en moléculas más grandes conocidas como polímeros y en el mundo culinario, se utiliza para crear sabores y aromas a partir de azúcares.

“A lo largo de la larga historia de la Tierra, esto puede haber ayudado a crear las condiciones necesarias para que la vida compleja habite la Tierra”, explicó a Phys.cl el Dr. Oliver Moore, primer autor del estudio e investigador en biogeoquímica.

La “cocina” en la Tierra

Se estima que hay 4 millones de toneladas métricas de carbono orgánico cada año encerradas en el lecho marino.

El carbono orgánico en los océanos proviene de organismos microscópicos. Cuando esos organismos mueren, se hunden en el fondo del mar y son consumidos por bacterias.

Ese proceso de descomposición utiliza oxígeno y libera dióxido de carbono en el océano, que eventualmente termina en la atmósfera.

Así, las moléculas más pequeñas se convierten en moléculas más grandes, son más difíciles de descomponer y permanecen almacenadas durante millones de años. El fondo del mar tuvo importantes consecuencias para las condiciones que se desarrollaron en la superficie del planeta.

Los científicos sostienen que lo aprendido ofrece una mejor comprensión de los procesos geoquímicos de la Tierra, los que podrían utilizarse para aprovechar nuevos enfoques para abordar el cambio climático.

El estudio publicado en Nature fue liderado por la académica de la U. de Leeds, Caroline Peacock.

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