(CNN) – Durante décadas, nadie supo dónde se encontraban los restos del último tilacino, o tigre de Tasmania.

Resulta que estaban escondidos a plena vista: en el Museo y Galería de Arte de Tasmania (TMAG, por sus siglas en inglés), en el estado insular australiano, donde llevaban más de 80 años sin ser identificados.

Del tamaño de un coyote, el tigre de Tasmania desapareció hace unos 2.000 años prácticamente en todas partes excepto en Tasmania. Como único depredador marsupial que vivió en tiempos modernos, desempeñó un papel clave en el ecosistema de la isla, pero eso también lo hizo impopular entre los humanos.

cráneo tigre de tasmania tilacino

Cráneo del último tilacino o tigre de Tasmania que murió en el zoo de Hobart el 7 de septiembre de 1936.

En el siglo XIX, los colonos europeos culparon a los tigres de Tasmania, tímidos y seminocturnos, por las pérdidas de ganado (aunque, en la mayoría de los casos, los culpables fueron los perros silvestres y la mala gestión humana del hábitat) y los cazaron hasta extinguirlos.

El último tigre de Tasmania conocido fue una vieja hembra capturada por un trampero y vendida a un zoológico en mayo de 1936, según un comunicado de prensa del TMAG publicado este lunes.

El animal murió varios meses después, y su cuerpo fue trasladado posteriormente al museo. Pero el zoo no guardó ningún registro de la venta porque la captura en tierra era ilegal, por lo que el trampero podría haberse enfrentado a una multa, según el comunicado.

Esto significaba que los investigadores y el personal del museo desconocían por completo la importancia del tigre de Tasmania en su colección.

“Durante años, muchos conservadores e investigadores del museo buscaron sus restos sin éxito, ya que no se había registrado en la colección zoológica ningún ejemplar de tilacino que datara de 1936, por lo que se asumió que su cuerpo había sido desechado”, afirma Robert Paddle, psicólogo comparativo de la Universidad Católica Australiana, en el comunicado de prensa.

tigre de tasmania

Un tigre de Tasmania expuesto en el Museo Australiano de Sydney, Australia, en 2002.

Después de ser llevado al TMAG, el cuerpo del tigre de Tasmania fue desollado y su esqueleto fue desmontado como parte de una colección educativa, utilizada por los profesores del museo para explicar la anatomía del tilacino a los estudiantes, y a menudo fue llevado fuera del museo, según el comunicado.

Durante ese tiempo, la mayor parte del mundo pensó erróneamente que otro tigre de Tasmania que murió en el zoológico de Beaumaris, en Hobart, el 7 de septiembre de 1936, era el último individuo conocido de su especie.

El error no se detectó hasta hace poco, cuando se descubrió un informe inédito de un taxidermista del museo. El informe, fechado entre 1936 y 1937, mencionaba a un tigre de Tasmania entre los especímenes trabajados ese año, lo que provocó una revisión de todas las pieles y esqueletos de tigres de Tasmania en el TMAG, donde finalmente se identificó al último de su especie.

“Es agridulce que se haya resuelto el misterio que rodeaba a los restos del último tigre de Tasmania y que se haya descubierto que forma parte de la colección del TMAG”, declaró la directora del TMAG, Mary Mulcahy.

Los restos ahora están expuestos al público en la galería de tigres de Tasmania del museo.

En los últimos años, el tigre de Tasmania ha reaparecido en los titulares debido a los continuos –y controvertidos– esfuerzos de los científicos por traer de vuelta al animal mediante la recuperación de ADN antiguo, la edición genética y la reproducción artificial.

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