Diversos expertos e instituciones han denunciado la preocupante situación que representa para los seres vivos la existencia de los microplásticos. Ya han sido detectados en el océano, en el estómago de animales y ahora también en las mamaderas plásticas de los bebés.

Una nueva investigación señaló que los pequeños ingieren en promedio más de 1,5 millones de estas partículas por día, junto a billones de nanoplásticos. Su presencia se debería al proceso de alta temperatura recomendado para esterilizar estos contenedores.

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Las botellas analizadas fueron las de propileno, las cuales representan un 82% del mercado mundial de este producto. Los expertos recalcan que, si bien la presencia de microplásticos es conocida, este estudio hace énfasis en la preparación del alimento, en este caso la leche, y los efectos que conlleva.

“Estábamos absolutamente atónitos (…) Un estudio realizado el año pasado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que los adultos consumirían entre 300 y 600 microplásticos al día; nuestros valores promedio eran del orden de un millón o millones”, señaló John Boland, uno de los autores del estudio a través de una publicación.

Los expertos eligieron diez mamaderas de polipropileno y siguieron las pautas de la OMS para preparar la fórmula de alimentación. Posteriormente midieron la presencia de estos elementos descubriendo las elevadas cifras.

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“Estos hallazgos representan un hito importante. La escala de exposición a microplásticos que se presenta aquí puede parecer alarmante, pero los efectos en el mundo real sobre la salud infantil requieren una mayor investigación“, manifestó Philipp Schwabl, uno de los coautores.

Los investigadores no quisieron quedarse solo con los resultados, ya que también ofrecieron un conjunto de procedimientos para esterilizar las mamaderas de propileno, reduciendo al mismo tiempo la exposición a los microplásticos:

  1. Enjuagar las mamaderas con agua fría esterilizada.
  2. Preparar la fórmula en un recipiente que no sea de plástico.
  3. Una vez enfriada la fórmula a temperatura ambiente, transferirla al biberón esterilizado y enfriado.
  4. Evite recalentar la mezcla preparada en recipientes de plástico, especialmente con un horno microondas.

La investigación fue publicada en la revista científica Nature Food.

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