El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) está llevando a cabo un estudio a nivel nacional para evaluar las expectativas sensoriales y la aceptación de diversas leches bovinas disponibles en el mercado. Este estudio se centra en productos como la leche sin lactosa, semidescremada, descremada y alta en proteína, y también incluye la leche A2, una alternativa menos conocida pero prometedora para aquellos con intolerancias alimentarias.

La investigación, encabezada por el INIA con el apoyo del Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación, tiene como objetivo identificar qué tipo de leche es más adecuada para diferentes condiciones de salud sin comprometer su valor nutritivo. Según datos del Ministerio de Salud, el 50% de la población chilena es intolerante a la lactosa, lo que subraya la importancia de este estudio.

La directora nacional de INIA, Iris Lobos, explicó que la creciente incidencia de intolerancias y alergias alimentarias ha impulsado la necesidad de desarrollar productos lácteos que satisfagan las necesidades de esta población. “La intolerancia a la lactosa ha aumentado en el país, y como respuesta, se ha expandido la oferta de leches que se adecúan a estas necesidades. Además, existe un grupo de personas que son intolerantes a la proteína de la leche, lo que nos llevó a investigar para proporcionar al consumidor pruebas reales de cuál leche es mejor según su condición de salud,” señaló Lobos.

En esta línea, el estudio incorpora la leche A2, que contiene la proteína Beta-caseína a2, conocida por generar menos malestar estomacal en comparación con la leche tradicional. Este tipo de leche está ganando popularidad en el mercado global y ofrece una alternativa natural sin aditivos, manteniendo los mismos niveles de calcio y grasa que la leche convencional.

Ignacio Subiabre, investigador del INIA y encargado del estudio, destacó la importancia de adaptar los productos lácteos a las necesidades de los consumidores con restricciones alimentarias. “La industria ha tenido que innovar para satisfacer a los consumidores con intolerancias o alergias. La leche sin lactosa ya es común, y ahora se están introduciendo productos como la leche A2, que ofrece beneficios adicionales sin comprometer la calidad nutricional,” comentó Subiabre.

El estudio, que se realiza en diversas comunas del país, utiliza pruebas sensoriales a ciegas para evaluar la aceptación de estos productos en personas mayores de 18 años. Los participantes evalúan las diferentes leches en base a criterios predefinidos por el equipo de investigación del INIA. Esta metodología busca proporcionar datos científicos robustos sobre la preferencia y tolerancia de estas leches, permitiendo identificar qué tipo de leche es más adecuada para cada grupo de consumidores.

Además de la leche A2, otras opciones como la leche de burra y de cabra también están siendo consideradas por su potencial para satisfacer las necesidades de consumidores con alergias específicas. Estas leches alternativas ofrecen opciones adicionales para aquellos que no pueden consumir leche bovina tradicional debido a alergias o intolerancias.

A pesar de la alta calidad de la leche disponible en Chile, el consumo per cápita en el país sigue siendo bajo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda el consumo de al menos medio litro de leche al día para cubrir las necesidades de calcio y otros nutrientes esenciales. Subiabre hace un llamado a la población a aumentar el consumo de leche y a explorar nuevas variantes que se adapten mejor a sus necesidades individuales.

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