(CNN) – Las enfermedades cardíacas representan una de las principales causas de muerte en todo el mundo y la principal causa de muerte en Estados Unidos. Se estima que fue la causa del fallecimiento de 17,9 millones de personas en 2019, lo que representa el 32% de todas las muertes a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud.

Pero no todas las enfermedades del corazón son iguales. Pueden afectar a los vasos sanguíneos que van al corazón o al cerebro, a los músculos y válvulas del corazón y a otras zonas del cuerpo. Las enfermedades cardiovasculares pueden requerir tratamiento a largo plazo, o aparecer de forma repentina y grave.

¿Qué es un paro cardíaco?

Un paro cardíaco es el resultado de alteraciones eléctricas que hacen que el corazón deje de latir correctamente de forma repentina.

En caso de un paro cardíaco, puede producirse la muerte rápidamente si no se toman medidas de inmediato. “Un paro cardíaco puede revertirse si se realiza una reanimación cardiopulmonar y un desfibrilador aplica una descarga al corazón y restablece un ritmo cardiaco normal en pocos minutos”, según la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).

Según la AHA, cada año se producen en Estados Unidos más de 350.000 paros cardíacos fuera del hospital.

Una pérdida súbita e inesperada de la función cardiaca también provoca una pérdida repentina de la respiración y del conocimiento.

El paro cardíaco no es lo mismo que un infarto de miocardio, aunque casi cualquier afección cardiaca conocida, incluido el infarto, puede provocar que se detenga el corazón.

Otra emergencia que puede provocar un paro cardíaco es la commotio cordis, una alteración del ritmo cardiaco tras un golpe en la zona situada directamente sobre el corazón en un momento clave del ciclo del latido cardiaco.

Es poco frecuente, pero ocurre sobre todo en niños y hombres jóvenes durante la práctica deportiva. La Asociación Estadounidense del Corazón afirma que es la principal causa de muerte en el béisbol juvenil en Estados Unidos, normalmente entre dos y tres al año. Los desfibriladores externos automáticos han ayudado a aumentar la tasa de supervivencia.

¿Qué es un infarto de miocardio?

A diferencia de un paro cardíaco, un infarto es un problema de circulación. Cuando la circulación se bloquea o se interrumpe de algún modo y deja de llegar sangre al músculo cardiaco, este puede resultar dañado; es lo que se suele describir como “ataque al corazón” y los doctores llaman infarto de miocardio.

Las obstrucciones que provocan infartos se deben sobre todo a la acumulación de placa en las arterias. La placa se forma cuando el colesterol se combina con la grasa, el calcio y otras sustancias presentes en la sangre.

Combinados, estos elementos se endurecen y forman la placa, que puede romperse y provocar la formación de un coágulo de sangre. Los coágulos grandes pueden bloquear completamente el flujo sanguíneo a través de una arteria.

La Dra. Nieca Goldberg, directora médica de Atria New York City y profesora asociada de medicina clínica en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York (NYU), declaró anteriormente a CNN: “Las personas con riesgo de sufrir un infarto son las que tienen antecedentes familiares de infarto, colesterol alto, hipertensión, diabetes, falta de ejercicio, tabaquismo… son los principales factores de riesgo de los que siempre hablamos”.

Otra causa menos frecuente de infarto es un espasmo provocado por el tabaco o posiblemente drogas ilícitas, como la cocaína, que inutiliza el músculo cardiaco, según la AHA. Un desgarro en la arteria, aunque poco frecuente, también puede provocar un infarto.

Los infartos pueden ser mortales, pero no conducen automáticamente a la muerte. La ayuda médica de urgencia inmediata puede evitar un desenlace grave.

“Si crees que alguien está sufriendo un infarto, llama al 911. No esperes”, dice Goldberg, y explica por qué es importante ir al hospital en una ambulancia en lugar de llevar en auto a un familiar o amigo: una ambulancia está equipada para ofrecer tratamiento de camino al hospital.

Las señales de advertencia habituales de un infarto son molestias o dolor en el pecho; molestias en otras zonas de la parte superior del cuerpo, como dolor en uno o ambos brazos, la espalda, el cuello, la mandíbula o el estómago; y falta de aliento. Otros signos posibles son el sudor frío, las náuseas o el mareo.

En general, los infartos son más frecuentes que los paros cardíacos en Estados Unidos.

¿Qué es la insuficiencia cardíaca?

La insuficiencia cardíaca es una enfermedad que se produce cuando el corazón, esencialmente una bomba, no puede impulsar eficazmente la sangre a través de las arterias y el sistema circulatorio hacia los demás órganos y tejidos del cuerpo.

La insuficiencia cardíaca congestiva, un empeoramiento de este estado general, significa que el flujo sanguíneo desde el corazón a través de las arterias se ha desacelerado, mientras que la sangre que vuelve al corazón a través de las venas ha empezado a retroceder y, combinadas, provocan congestión —un atasco de tráfico sanguíneo— en los tejidos del organismo.

El resultado es el edema, o hinchazón, generalmente en piernas y tobillos, aunque puede producirse en cualquier parte del cuerpo. La insuficiencia cardíaca también afecta a la capacidad de los riñones para eliminar el agua y el sodio, lo que provoca aún más hinchazón. Cuando se produce un edema pulmonar, el líquido se acumula en los pulmones e interfiere en la respiración.

Entre las afecciones que pueden provocar insuficiencia cardíaca figuran la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad y la enfermedad coronaria: cuando la placa se acumula en las paredes de las arterias provocando su estrechamiento y aumentando la dificultad para bombear la sangre.

La insuficiencia cardíaca es una enfermedad que debe tratarse para prevenir un infarto potencialmente mortal, pero no es tan inmediatamente mortal como un infarto al miocardio o un paro cardíaco.

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