(CNN)Casi la mitad de los estadounidenses padecen hipertensión arterial, un factor clave que contribuye a la diabetes, las enfermedades cardíacas y renales, los accidentes cerebrovasculares y las complicaciones del COVID-19, según la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA).

Tomar una o dos pastillas para controlar esa hipertensión es habitual, pero ¿es suficiente? La respuesta es probablemente no para más de un tercio de los adultos de EE.UU. que toman actualmente medicamentos para la presión arterial, según un nuevo estudio que analizó los datos de 13 mil adultos.

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Según la investigación, los hombres jóvenes de 20 a 49 años tenían hasta un 70% más de probabilidades de padecer hipertensión no controlada que las mujeres de la misma edad.

Sin embargo, el riesgo cambiaba al llegar a los 70 años, cuando las mujeres tenían entre un 29% y un 63% más de probabilidades de tener hipertensión no controlada que los hombres, según el estudio presentado este lunes en una conferencia de la AHA sobre hipertensión.

También llamada hipertensión arterial “resistente”, se considera que la presión arterial de una persona no está controlada cuando sigue teniendo lecturas altas a pesar del uso simultáneo de tres tipos de medicamentos.

El estudio definió la presión arterial alta según las directrices de la AHA como todo aquello que supere los 130 de sistólica (cifra superior) y los 80 de diastólica (cifra inferior).

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“El control de la presión arterial sigue siendo un reto importante para la salud pública que afecta incluso a los que reciben tratamiento para la enfermedad“, dijo el autor del estudio, el Dr. Aayush Visaria, investigador postdoctoral de la Universidad de Rutgers en New Brunswick, Nueva Jersey.

Los hombres jóvenes de entre 20 y 29 años tenían un 59% más de probabilidades de padecer hipertensión no controlada que las mujeres de esa edad. Los hombres de entre 30 y 39 años eran un 70% más propensos, y los de 40 a 49 años tenían un 47% más de probabilidades de no estar controlados.

“Estos resultados indican que las mujeres de 70 años o más y los hombres de menos de 50 años con hipertensión pueden tener un mayor riesgo de hipertensión no controlada y pueden beneficiarse de un control más frecuente de la presión arterial“, manifestó Visaria.

¿Qué hacer?

Hay algo que pueden hacer las personas con una presión arterial obstinadamente alta, y es algo más que tomar otra píldora.

En lo que los autores denominan el primer estudio de este tipo, las personas pudieron reducir la presión arterial alta resistente con una combinación de dieta, ejercicio y reducción del consumo de sal. El estudio se publicó este lunes en la revista Circulation de la AHA.

“Este estudio refuerza el hecho de que añadir cambios junto con los medicamentos, y cuando los fármacos por sí solos no hacen el trabajo, es una estrategia eficaz“, dijo Bethany Barone Gibbs, profesora de la Universidad de Pittsburgh, en un comunicado. Gibbs no participó en el estudio.

La dieta DASH y el ejercicio funcionan

Durante un período de cuatro meses, 90 adultos con presión arterial alta no controlada recibieron consejos dietéticos semanales sobre cómo seguir la dieta DASH, que significa Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión.

El plan de alimentación DASH, que ha sido premiado, tiene una premisa sencilla: comer más verduras, frutas y productos lácteos bajos en grasa; limitar los alimentos con alto contenido en grasas saturadas; y limitar la ingesta de sodio a 2.300 mg al día, lo que equivale a una cucharadita de sal de mesa.

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El plan de alimentación DASH incluye de cuatro a seis raciones de verduras y otras cuatro a seis raciones de fruta; tres raciones de productos integrales; de dos a cuatro raciones de productos lácteos sin grasa o bajos en grasa; y varias raciones de carne magra y de frutos secos, semillas y legumbres cada día.

Además de las asesorías y el plan de comidas, las 90 personas del estudio realizaron un entrenamiento intensivo y supervisado en un centro de rehabilitación cardíaca tres veces por semana.

Otras 50 personas con hipertensión resistente asistieron a una única sesión con un educador de salud y se fueron a casa con instrucciones escritas sobre el ejercicio, la pérdida de peso y los objetivos nutricionales para seguir por su cuenta.

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¿Los resultados? Las personas del grupo guiado redujeron su presión arterial sistólica en al menos 12 puntos, en comparación con una reducción de 7 puntos en el grupo que no recibió ayuda estructurada.

Una nota importante: las personas no dejaron de tomar sus medicamentos para la presión arterial durante el estudio, pero debido a la reducción que lograron pueden ser capaces de disminuir los medicamentos después de una discusión con su médico.

“El punto más importante es que no es demasiado tarde para reducir la presión arterial tomando decisiones de estilo de vida saludable (…) da enormes beneficios, incluso para las personas cuya presión arterial sigue siendo elevada a pesar de estar tomando tres o más medicamentos antihipertensivos”, dijo el autor principal del estudio, James Blumenthal.

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