Toda mujer que llega a la edad de la menopausia es tratada con una terapia hormonal para la menopausia (THM, por sus siglas en inglés) o una terapia de reemplazo hormonal (TRH, por sus siglas en inglés) como una forma de aliviar los síntomas más comunes de esta afección, como los sofocos y los sudores nocturnos.

La THM o TRH también ayudan a combatir los cambios biológicos a largo plazo que atraviesa la mujer, como la pérdida de densidad ósea, lo que provoca la disminución de los niveles de hormonas naturales -estrógeno y progesterona- durante y después de la menopausia.

Tomando como punto de partida la menopausia y agregando alguna incidencia en enfermedades neurodegenerativas, investigadores del Hospital Universitario de Copenhague, Dinamarca, se dedicaron a analizar los registros nacionales entre el 2000 y 2018, encontrando que las mujeres entre 50 y 60 años -al inicio del estudio- presentaron:

  • 5.589 casos de demencia.
  • 55.890 controles sin demencia.

El equipo encontró que la edad promedio de diagnóstico de demencia era a los 70 años y el 32% recibió una terapia de estrógeno-progestágeno- desde los 53 años, edad en que comienza la menopausia.

Los datos revelan que en comparación con aquellas mujeres que nunca habían sido tratadas, las que sí recibieron THM o TRH tienen un 24% más de riesgo de desarrollar demencia y Alzheimer, lo que incluye a aquellas que recibieron este tratamiento a la edad de 55 años o más jóvenes.

El equipo detalla que el uso de terapia de progestágeno solo y estrógeno vaginal solo no se asoció con el desarrollo de demencia.

Los investigadores dicen que estos hallazgos no pueden interrumpir la decisión compartida del uso de terapia hormonal para combatir los síntomas, pero sí son enfáticos en que es necesario realizar más investigaciones sobre la formulación de hormonas cíclicas y continuas por separado, para brindar un mejor tratamiento a las mujeres.

La investigación fue publicada en la revista BMJ.

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