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Los bebés que nacen prematuramente, es decir, antes de haber cumplido las 37 semanas de gestación, a menudo deben ser ubicados en incubadoras. Durante algún tiempo, estos pequeños deberán permanecer alejados de sus padres y someterse a diferentes procedimientos médicos.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) decidió buscar formas para ayudar a los bebés hospitalizados y encontraron un poderoso aliado: la voz materna. Los detalles de la investigación fueron publicados en la revista Scientific Reports.

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Los especialistas descubrieron que, cuando la madre hablaba con su bebé durante una intervención médica, los signos de dolor del recién nacido disminuían y aumentaba el nivel de oxitocina, la cual es conocida como hormona del apego o la hormona de los abrazos.

Para probar su hipótesis, el equipo analizó a 20 bebés prematuros residentes del Hospital Parini en Italia y pidieron a la madre que estuviera presente durante el análisis de sangre diario, el cual se realiza extrayendo unas gotas de sangre del talón del pequeño.

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“Para el estudio, la madre comenzó a hablar o cantar cinco minutos antes de la inyección, durante la inyección y después del procedimiento (..) También medimos la intensidad de la voz, para que cubriera el ruido circundante”, explicó en un comunicado la Dra. Manuela Filippa, autora principal del informe.

Los autores detallaron que estos hallazgos reflejan el impacto positivo de la presencia de la madre cuando los bebés prematuros se someten a procedimientos médicos dolorosos. “Demostramos la importancia de unir a padres e hijos, especialmente en el delicado contexto de cuidados intensivos“, concluyó la Dra. Filippa.

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